Prepárate, Lilia

El frustrado atentado contra la vicepresidenta y senadora argentina Cristina Fernández de Kirchner le ha venido a pelo al ocupante de Palacio que redobla su estrategia de victimización y ataque contra el sistema de justicia, en especial contra la Fiscalía de la Nación y el Ministerio Público. Si antes, ya el desgobierno peruano se había solidarizado con el personaje de marras por ser objeto de una persecución fiscal que, después de más de diez años, abriría finalmente camino a una larga condena y a la inhabilitación perpetua, hoy ante la surrealista tentativa de magnicidio que ha sufrido los mensajes de repudio se multiplican y el ministro más ayayero del Gabinete del impresentable Torres aprovecha la coyuntura para advertir que los merecidos huevazos lanzados en el masivo rechazo a Castillo en Tacna podrían ser mañana una “bala” como la que no se llegó a gatillar contra la otrora doble jefa de Estado argentina. Lo cierto es que doña Cristina investigada por la Fiscalía por cargos de corrupción más sólidos que el obelisco de la Plaza de Mayo bonaerense, alega la misma supuestamente arbitraria persecución penal que el malhadado Castillo que, visto lo visto, está dispuesto a no ser desahuciado de Palacio, así se vaya a la cana toda su parentela y allegados.

Hace un par de días, Castillo en otro inverosímil discurso-arenga se dirigió a su esposa-primera dama Lilia Paredes diciéndole: “Lilia, tenemos que ser fuertes para sacar adelante este país (…). La familia tiene que sacrificarse”. Vaya, si ya Yenifer, su cuñada-hija putativa, sufre prisión preventiva por treinta meses por presuntamente integrar la organización criminal en que se ha convertido el desgobierno de turno, no sería nada raro que a doña Lilia, sindicada como coordinadora de la misma, le impongan –para empezar- el impedimento de salida del país pedido por la Fiscalía y de allí se continúe hasta llegar a la cabeza castilleja. Vale preguntarse, en similares circunstancias, cómo habría actuado el fallecido expresidente Néstor Kirchner en el caso de su sucesora y viuda. Pero eso es una ucronía para los argentinos. ¡AMÉN!

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