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PPK

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Fecha Publicación: 19/03/2024 - 22:00
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La noticia está en otra parte, por ejemplo en las interpelaciones y eventual censura de uno de los peores Ministros del Interior a un par de semanas de la presentación ante el Congreso del Gabinete Adrianzén –ex Otárola– y de la cuestión de confianza del mismo. También, aunque parezca menor, está la cuestión del reloj Rolex que impúdicamente luce la sucesora presidencial sin que éste aparezca en su declaración jurada y que difícilmente –por usar un eufemismo– podría justificar con sus ingresos. Por supuesto, hay más sucesos derivados del pandemónium institucional, político, social y de grave inseguridad ciudadana y nacional que golpea al país. Sin embargo, como aquí la justicia no solo es ciega sino sorda, coja y parcializada, le dedicamos unos renglones a lo último que se ha conocido sobre el caso judicial del ex Presidente Pedro Pablo Kuczynski.

No es novedad que el incompetente y abusivo Equipo Especial Lava Jato –léase, el dúo Vela-Pérez y demás– transcurridos más de cinco años de investigación no haya sido capaz de producir una acusación penal en su contra que logre pasar el control judicial. Lo que resulta sospechoso, es que ahora para continuar con el atropello y contando con la permisividad del juez, se desacumule de la carpeta fiscal un par de imputaciones y se abra otra para indagar sobre supuestos actos de blanqueo de fondos que PPK habría perpetrado desde 1966 en adelante a través de otras compañías a falta de alguna evidencia con la corrupta ODEBRECHT. Es decir, gracias a esta medida procesal entre rocambolesca y arbitraria se podrá ampliar nuevamente el plazo investigatorio y Dios sabe qué más y hasta, probablemente, hacerse cera y pabilo del derecho-garantía fundamental al debido proceso, en especial al plazo razonable y a la prescripción de la acción penal, entre otros. Visto lo visto, esto ya no se asemeja a la búsqueda de la justicia sino, más bien, a una suerte de enfermiza vindicta al estilo de Némesis.

PPK es una persona octogenaria con la salud seriamente quebrantada, con todos sus bienes embargados o bajo inhibición –incluso uno de ellos ha sido vilmente saqueado debido a la negligencia del Estado– y todo ello sin siquiera estar acusado y menos llevado a juicio oral. Ningún otro ex Presidente de la República atraviesa por un trance parecido y viene siendo hora hace rato de que esta vergonzosa pesadilla que sufre se corrija.

Estas líneas no pretenden otra cosa que reclamar para PPK lo que la Constitución garantiza a cualquier peruano y que se ha violado flagrantemente: un juicio justo y célere y no el suplicio a que lo tiene condenado la ineptitud y la injusticia del Ministerio Público, la connivencia del Poder Judicial y la nefasta politización de la justicia en el Perú. ¡AMÉN!

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