Por los caminos del Señor
Hola… Una de las joyas arquitectónicas que tiene la ciudad de León es su catedral. De un estilo gótico perfecto, con los acabados de las vidrieras que son únicas en el mundo, tanto por su extensión como por su colorido. Esta catedral demoró en construirse cerca de 400 años, desde que se puso la primera piedra hasta que fue terminada. Si bien es cierto que aún se continúan haciendo trabajos, prácticamente a mediados del siglo XV se terminó de construir.
Como pocas, alrededor de la catedral de León no se ha construido nada, por lo tanto se encuentra en medio de una plaza desde donde es posible ver la majestuosidad del pueblo. En las esquinas de la plaza, hoy se pueden ver restaurantes con terrazas, para que de manera muy especial en los días de verano y sobre todo en el atardecer, se pueda departir con los amigos mientras uno se llena de la belleza de la catedral.
Hace algunos años, unos amigos de Perú visitaron varias ciudades de España y me contaron que habían estado en León. Les pregunté si conocieron la catedral y me contestaron: “creo que sí” pero con dudas y me di cuenta inmediatamente que ellos estuvieron en la catedral, pero la catedral no quedó en ellos.
Te cuento esta experiencia porque con mi familia, hace unos días con la tranquilidad del atardecer y sin prisas, pudimos observar la caída del sol y el encendido de las luces que dan a esta obra de arte una belleza sin igual.
Al escribir estas líneas, pienso cuántas veces por las prisas de la vida no nos detenemos a saborear ni los momentos, ni las personas con las que nos vamos encontrando. Y puede darse el caso como mis amigos, que vieron tantos edificios en apenas 15 días que los pobres ni sabían lo que habían visto.
Si esto mismo nos sucede en la vida y aún no hemos identificado plenamente los momentos y las personas claves, esto nos lleva a pasar por la vida, pero me temo que la vida no pasa por nosotros y esto es sumamente peligroso.
Permítanme como agustino, en este 28 de agosto, saludar a todos los hermanos agustinos en la fiesta de nuestro Patrono San Agustín y tener como él nos pidió “Una sola alma y un solo corazón dirigidos hacia Dios”.
“Conócete, acéptate y supérate” San Agustín.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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