Por los caminos del Señor

Hola… Es posible que hoy no nos comuniquemos a la misma hora ni en el mismo lugar que lo hemos hecho a lo largo del año, porque ya estamos en un año nuevo. El domingo pasado te contaba que cuando me encontraba en el río Nilo, pensaba en aquel niño que surcaba estas aguas, junto al sufrimiento de sus padres, pero sin embargo Dios tenía algo grande para él y, tan grande fue su misión, que liberó al pueblo de Israel del dominio de la esclavitud de los egipcios, encaminándolos hacia la Tierra Prometida. Aquel niño se llamaba Moisés, el salvado de las aguas.

Te contaba también la historia de Cristiano Ronaldo y de su mamá, no como una idea mía sino que fue narrada por él mismo. El ginecólogo de la mamá de Cristiano Ronaldo le dijo que su hijo iba a dar grandes satisfacciones a la humanidad.

Sin embargo, quería contarte que en la ciudad de Belén, después de celebrar la Santa misa en la Basílica Católica donde nació Jesús, o sea, la iglesia de la Natividad, el grupo de peregrinos nos acercamos al lugar donde está la estrella que nos recuerda el sitio exacto donde nació el Niño Dios. Como conozco ese lugar de otras veces, me fui donde no es usual que vayan los peregrinos, al pesebre donde la Virgen y José pusieron al Niño después de que nació. Este lugar está recogido en la cueva de la Natividad, no suele ir mucha gente lo que me proporciona la oportunidad de estar un tiempo más prolongado que en los otros lugares, donde por el número de peregrinos suele haber un movimiento muy grande.

Ese día era temprano, 8 de la mañana, no había muchos peregrinos y después de la Santa Misa fuimos a la gruta del nacimiento. Ahí tomé asiento junto al pesebre y llevé mi imaginación 2 mil años atrás. Pensaba cómo en ese lugar hubo una luz venida del cielo a través de un Niño, haciendo que el mundo que había caminado en tinieblas, a partir de ese momento tuviera una luz para iluminar nuestros caminos. Posiblemente cabe aquí una frase en el mundo: Había una Esperanza para seguir creyendo en el amor y en la paz. En mi oración en ese lugar, me preguntaba qué es aquello que Dios quería de mí, ya que me estaba regalando un lugar y un tiempo único pero con un compromiso y entendí que mi compromiso era que en todo aquello que yo hiciera, debía ser Luz y Esperanza para la humanidad.

¡FELIZ AÑO!

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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