Por los caminos del Señor

Hola… Estamos en el último domingo de este tiempo de Adviento. Durante la próxima semana es posible que los ajetreos y las preocupaciones nos dispersen de algo que debería ser esencial, recibir al Niño Jesús en nuestros corazones, en nuestras vidas y en nuestros hogares. Por si nos ayuda, quería recordarles que hace 2,000 años un edicto del emperador romano puso en movimiento a todo el Imperio. Roma quería saber cuántos eran sus ciudadanos y, para poder censarlos, debían ir al lugar donde habían nacido, por lo que José, siendo descendiente del rey David, debía ir a la ciudad de Belén. Para ello, como otras miles de personas, José y María partieron de Nazareth a la ciudad de Belén para poder ser censados. Me imagino que en aquella época como hoy, todo movimiento de gente necesariamente pasa por un cierto desorden en lo que se refiere a comida, atenciones personales y por supuesto hospedaje. Y como nos dice la Biblia, María embarazada de Jesús y su esposo José no encontraron ningún alojamiento para pasar esos días tan ajetreados que estaba viviendo la ciudad de Belén.

Es posible que a nosotros la Navidad nos tome en un tiempo complicado y el Niño Dios al tocar nuestra puerta estando cargados de preocupaciones, al igual que los habitantes de Belén le digamos a José y María: “Aquí no hay un sitio para ustedes”. Pero lo bueno de todo esto es que el Niño Dios no depende de las circunstancias desfavorables, sino que ÉL ES CAPAZ DE CONVERTIR LAS CIRCUNSTANCIAS EN FAVORABLES.

Ahora mismo no podríamos enumerar todas y cada una de las preocupaciones que a nivel personal, familiar y social nos están presionando, pero me pregunto qué sería de esta semana que nos queda hasta el próximo sábado, si hubiera en nosotros una sola dirección para preparar el camino al Señor y escuchar la noche del 24 esta frase: “Gloria a Dios en los Cielos y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.

Por ello, sería bueno mirar al Cielo y a la vez buscar durante esta semana a las personas que puedan llenar nuestros corazones de paz y de fortaleza, para que llegando al próximo sábado podamos decir que hemos hecho bien nuestra tarea.

El próximo domingo, día de Navidad, hacia Él me encamino y hacia cada uno de ustedes para prometerles una oración y una bendición de parte del Cielo.

“Adviento es creer que la fuerza de la Luz vencerá toda oscuridad”.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

Contáctanos en Facebook: Padre Pablo.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.