Por los caminos del Señor
Hola… Acompáñame en un viaje imaginario por el Valle del Colca, observando la maravillosa naturaleza, coronada con el vuelo del cóndor. Al hacerte esta invitación, quería ubicarte en un lugar donde el valle se reduce a un pequeño callejón de al menos cuatro metros de anchura y por lo menos mil metros de profundidad. Las paredes son rocosas y apenas se distinguen cavidades, donde con seguridad pueden anidar aves y pernoctar animales. En este imaginario viaje, llegamos a observar en una de las paredes de este inmenso callejón a una cabra montés, la cual ha decidido lanzarse hacia la otra rocosa pared que está a cuatro metros de distancia, pero con una profundidad de más de mil metros. Está lanzándose para llegar sana y salva a la otra cavidad. No es un espacio amplio, pero sí puede dar cabida a cuatro cabras montesas. Para mí la imagen es espectacular, toda ella está delineada hacia un salto perfecto, al tiempo que sabe de la trascendencia de ese salto. Un fallo es muerte segura, no habrá una segunda oportunidad. La tensión de su cuerpo y la mirada fija en su objetivo, te habla de una suprema concentración. ¡Lo va a lograr!
Esta imagen puedes verla en mi Facebook, me parece espectacular y me lleva a varias reflexiones. Cuando tengas un objetivo definido en la vida, no mires para atrás, pon todo tu empeño en conseguirlo, no le tengas miedo al vacío, porque si has medido bien tus fuerzas y te has convencido de que eres capaz, simplemente hazlo.
En la foto donde está saltando la cabra montés se aprecia la claridad del sol, incluso en la montaña se refleja la sombra de este animal. Hacia donde se dirige está medianamente oscuro, o si gustas medianamente claro, pero no es impedimento para saltar. Es posible que en la vida no se den al 100% todas las condiciones para triunfar, pero no por ello debemos dejar de intentarlo.
Una imagen vale más que mil palabras y posiblemente todo el desarrollo de esta conversación queda muy pobre para reflejar lo que veo en la foto, pero sí estoy seguro de que coincidimos en el mensaje: “Cuando estés seguro de tu destino, con la ayuda de Dios lucha hasta conseguirlo”.
“No pidas permiso para volar, las alas son tuyas y el cielo no es de nadie”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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