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Por los caminos del Señor

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Fecha Publicación: 06/01/2024 - 20:00
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Hola… La liturgia de este domingo, nos la va a explicar unas “cuadras más adelante” Monseñor José Luis del Palacio. Sin embargo, te adelanto que hoy la Iglesia nos recuerda la Epifanía del Señor o Manifestación de Dios a todos los pueblos.

Vendría a ser la Navidad de las iglesias cristianas orientales, que para nosotros fue el pasado 24 de diciembre. Nosotros conocemos esta fecha como la fiesta de los Reyes Magos, que como sabemos eran tres y representaban a los continentes conocidos en aquella época.

Existían pero no se conocían para los europeos, América y Oceanía. Melchor representaba a Europa, Gaspar a Oriente y Baltazar a lo que se conocía como el norte de África, parte del Imperio Romano.
Sin embargo, este domingo de los Reyes Magos viene a mi mente una muy bella expresión de lo que fue y es para mí seguir creyendo en los Reyes Magos.

En mi pueblo, en esta fecha nos regalaban los más preciados valores de un niño, como son los regalos. Nos transportamos a los años 60 en aquel pequeño pueblo de San Román, por estas fechas cubierto de nieve y cuya temperatura era de 5 o 6 grados bajo cero, la noche del 5 para el 6 de enero era una noche mágica. El único regalo que se nos daba a lo largo del año era el de esa noche y no nos lo daban nuestros padres, sino que nos lo traían los Reyes Magos desde lejanos países. Yo siempre lo creí y lo sigo creyendo, porque a las ilusiones no se las mata con lógicas. Por lo demás, mi argumento creo que es entendible, cuando alguien me dice que no existen los Reyes Magos yo les digo, “demuéstramelo”, y cuando me replican que yo demuestre mi respuesta, es muy fácil: “hace más de 60 años que yo creo y nunca me han fallado”.

Es verdad que el mundo actual, en muchos casos, ha ido perdiendo la magia de las emociones, de los sueños, de las ilusiones y es posible que llenándonos de regalos opaquemos la verdad de aquello en lo que creemos. En mi caso, los regalos ya pasaron, sin embargo, ya cerca de los 70 años mi ilusión por los Reyes Magos sigue intacta, exactamente igual que cuando era niño, ni siquiera en mis años de adolescencia dudé por un minuto de su existencia.

Desde esta columna, ante la posibilidad de llegar a ustedes a través de mis historias, en esta ocasión le pido a los Reyes Magos que llenen sus corazones de sabiduría y de esperanza, colmando este año 2024 de la suficiente fortaleza para lograr sus sueños sin matar sus ilusiones.

“Que nuestro corazón sea el mejor pesebre para Jesús”. San Agustín

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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