Por los caminos del Señor
Hola… Mientras escribo esta conversación como cada domingo, me encuentro en la oficina del colegio donde el primero de febrero dimos inicio al presente año escolar.
Se inició con todo el personal de servicio, colaboradores y educadores, quienes a lo largo de este año seremos instructores de más de mil jóvenes, desde niños de 3 años hasta adolescentes de 16, y crearemos en ellos espacios de reflexión, valores, principios y conocimientos.
Para mí es importantísimo este año académico 2024, porque la institución en la que estoy, el colegio Nuestra Señora del Consuelo, celebra sus primeros 25 años de vida institucional y eso no se hace todos los días. Me he propuesto con todos quienes construimos esta institución recordar de dónde venimos y tener muy presente hacia dónde vamos.
Algún día te hablaré del símbolo de estos 25 años, porque hoy a la luz de este inicio del año escolar 2024 ya solo en mi oficina del colegio, recordaba aquel pasaje de la vida en el cual un discípulo atormentado le preguntaba mañana tarde y noche a su maestro cuál era el camino que debía seguir en su vida para ser un hombre realizado y feliz.
El maestro un día le pidió que lo acompañara al campo y cuando cruzaban un gran sembrío de trigo, le dijo al discípulo: ¿Qué tienes en tu mano? Él le respondió: El anillo que me dejó mi padre el día que murió. ¿Qué significa para ti este anillo?, le preguntó. Es lo más importante de mi vida, respondió el discípulo. Préstamelo, a lo que el discípulo dudando miró a su maestro, se sacó el anillo de su dedo y se lo dio. Este lo lanzó con fuerza al medio del sembrío y le dijo al discípulo: Si tanto te interesa, recógelo.
El discípulo corrió veloz, buscó incansablemente hasta que lo encontró y regresó con su maestro. Ya lo encontré, le dijo. Muy bien, le respondió el maestro, “piensa en tu vida, el camino que recorras será sólo hacia aquello que ames de verdad”, allá donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón y cada impulso será en la vida un camino hacia lo que más quieras, porque mientras quieres algo de verdad, nunca te distraerás con otras cosas.
Queda un año por delante o mejor dicho, un curso académico donde siento que lo más importante que podemos dejar marcado en la vida de nuestros alumnos y de nuestros padres de familia es lo que en realidad quieren en su vida y en un argot moderno me permito a modo de ejemplo decirte; cuando quieres ir en tu carro a un sitio que no conoces, lo señalas y el Waze te va llevando.
No es igual, pero puede parecerse.
Recordamos en esta historia la frase agustiniana:
“CONÓCETE, ACÉPTATE Y SUPÉRATE”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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