Por los caminos del Señor
Hola... Hace meses que no escuchaba hablar de uno de los escritores más reconocidos de la literatura moderna: Paulo Coelho, sus libros, conferencias, reflexiones... este escritor brasileño nos ha dado tanto y con tanta maestría.
Hace unos días llegó a mis manos un escrito suyo que me hizo recordar una experiencia vivida hace años con una familia amiga. Esta familia tenía cinco hijos, y recuerdo especialmente a la penúltima de las hijas. Siempre llevaba un libro en la mano y, aunque a veces parecía desconectada del grupo, en realidad estaba inmersa en un mundo que desde niña le fascinaba: el de las historias que leía. En los viajes en auto, se acomodaba en el asiento trasero, abría su libro y se perdía en sus páginas. Sus padres me contaron que, en un viaje de 14 horas a Europa, ella pasó todo el trayecto leyendo.
Al recordar esta anécdota y leer a Paulo Coelho, no pude evitar hacer una conexión. Te cuento la historia narrada por el mismo escritor: “En una feria de libros, una señora se me acercó con uno de mis libros y me pidió que se lo dedicara a su hijo de 16 meses. Sorprendido, le pregunté:
–¿No cree usted que es un poco pronto para él?
A lo que la madre respondió:
–No, a mi hijo le gustan mucho los libros: los devora.
Semanas después, compartí esta historia con un grupo de amigos. Uno de ellos conocía bien a aquella familia y confirmó lo que yo había observado: en su hogar, los libros siempre estuvieron presentes. A la hora de dormir, junto al inseparable osito de peluche, nunca faltaba un libro. Durante el baño, un libro de plástico acompañaba a los juguetes en la bañera. Así, poco a poco, los niños se iban familiarizando con aquel “extraño objeto”, hasta que terminó convirtiéndose en una parte esencial de sus vidas”.
Por laexperienciaquevivíconaquellafamiliahacemásde30años,hoy,aquellaniña que siempre llevaba un libro en la mano es una mujer culta, una madre con una riqueza invalorable de conocimientos adquiridos a través de miles de lecturas a lo largo de su vida.
Es cierto que los libros electrónicos han desplazado, en gran medida, a los libros físicos, aquellos que se pueden tocar, oler y, de algún modo, hasta saborear.
Próximos al Día de la Amistad, tal vez no sería mala idea regalar un libro.
“Los libros, las mentes y los paraguas sólo sirven si se abren”
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga! Contáctanos en el Canal YouTube: @Padre Pablo
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