Por los caminos del Señor

Hola… Con el recuerdo maravilloso de los días vividos en Lima, previos a la presentación del libro Momentos de Paz, y especialmente del día en que cientos de personas colmaron el auditorio José María Arguedas en la Feria Internacional del Libro, resuenan aún en mi interior las cariñosas expresiones de afecto y gratitud de quienes se acercaron con su libro en la mano, deseosos de testimoniar su cariño, al tiempo que yo solo podía responder con una gratitud infinita.
Han pasado ya varios días. Ahora, en este tiempo de descanso en mi casa en León, a orillas del río Órbigo, contemplo un cielo intensamente azul y unas aguas limpias y cristalinas que, pocos kilómetros antes, han salido de la represa que lleva el nombre del río que la abastece: el río Luna. Por eso, la represa se llama Pantano de Luna. Su pared mide 97 metros de altura, lo que da la misma profundidad a las aguas que retiene. Desde la represa hasta donde el río vuelve a fluir hay unos 15 kilómetros.
Todo ese volumen de agua, que se recoge desde las nieves y las lluvias invernales, permite que, en verano —junio, julio y agosto—, las tierras sean surtidas de la riqueza de estas aguas para el cultivo de toda la comarca, que abarca más de 200 kilómetros cuadrados.
Mientras escribo estas líneas, vuelvo con gratitud al recuerdo de la presentación del libro Momentos de Paz, desde este lugar tan especial para mí, viendo el correr de las aguas del río Luna que, a partir de mi pueblo, cambia de nombre al unirse con el río Omaña y juntos forman el río Órbigo. Aguas limpias y cristalinas, en las que abundan las truchas, con las cuales se prepara en esta comarca un plato típico y riquísimo que se llama la sopa de trucha.
A todo ello se suma la belleza de la arboleda de chopos —los árboles que crecen a lo largo de la ribera del río—, los campos de cultivo y, por supuesto, los prados que alimentan al abundante ganado de esta tierra.
Las noches aquí son diáfanas, lo que permite una visión espléndida del cielo estrellado, más aún considerando que la iluminación artificial es mínima y, a partir de la medianoche, prácticamente desaparece. En este mes de agosto, la próxima semana se espera en esta zona la denominada lluvia de estrellas. Pero eso será motivo de una nueva conversación.
Mientras tanto, te invito a seguir las imágenes que compartiré a través de mi página de Facebook Padre Pablo.
“No bajes la meta, aumenta el esfuerzo”
Gracias por llegar hasta aquí.
Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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