Por los caminos del Señor

Hola… Quienes me acompañasteis el pasado domingo, recordaréis que relatamos la historia que viví hace dos semanas en la ciudad de León, España, en la iglesia donde, según la tradición, se conserva el Santo Grial, es decir, el cáliz con el cual Jesús instituyó la Eucaristía en la Última Cena. Existen documentos y datos específicos que sostienen la posibilidad de identificarlo históricamente como el cáliz de la Última Cena.
Este domingo quiero compartirte una anécdota, o mejor dicho, las circunstancias en las que pude grabar un TikTok junto al Santo Grial, el cual puedes ver en mi Facebook.
Con mi familia llegamos a León, y mi sobrino llevaba la cámara y los micrófonos para grabar dentro del museo de San Isidoro. Sin embargo, en la puerta, al adquirir las entradas, lo primero que nos dijeron fue que estaba totalmente prohibido grabar. Con mucho respeto nos pidieron dejar la cámara, asegurándonos que ellos se encargarían de guardarla. Para mí fue un impacto fuerte, ya que una de mis principales intenciones era grabar junto al Santo Grial.
Ingresamos y recorrimos distintos ambientes donde se conservan valiosos recuerdos de la historia del Reino de León. Finalmente, llegamos a la sala, sumamente resguardada, donde se encuentra únicamente el cáliz de la Última Cena. Antes de entrar, había un joven sentado que, además de vigilar, explicaba la historia de los objetos expuestos.
Me acerqué a él, le pregunté su nombre y me dijo que se llamaba Ricardo. Le conté que era sacerdote de León, aunque llevo más de 40 años en Lima, Perú, y que tengo cierta relación con los medios de comunicación. Le expliqué que me hubiera gustado grabar el Santo Grial.
Ricardo me respondió que estaba totalmente prohibido; insistí, por supuesto con respeto, y entonces me pidió que esperara un momento. Al cabo de unos minutos regresó con una persona y me dijo: “Ella es Raquel, la directora del museo”. Conversamos brevemente y me pidió esperar a que hubiera menos visitantes para poder grabar el TikTok. Me explicó los sofisticados sistemas de seguridad que tenían y, pasados unos 15 minutos, fue a la dirección del museo y desactivó los sistemas láser que, en condiciones normales, detectan cualquier intento de grabación o fotografía con cámara o celular.
Luego vino a la sala, cerró la puerta y me indicó que podía grabar lo necesario. Así lo hice: conté la historia del Santo Grial y recordé que en 1964, cuando tenía 8 años, visité León con mis padres y familia para participar en un Congreso Eucarístico. En aquella ocasión, representando al Papa, vino un cardenal que, casi 20 años después, tuve la gracia de conocer personalmente en Lima: nada menos que el Cardenal Juan Landázuri.
La próxima semana te contaré el final de esta historia y el inicio de la experiencia vivida en Santiago de Compostela. Esta noche, en la radio, transmitiré el programa desde esa ciudad santa.
“Que la sed no te haga beber del vaso equivocado”
San Agustín
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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