Por los caminos del Señor

Hola… El P. Rafael Reátegui me lo acaba de mandar a mi correo y todo lo que de él viene, se lo creo a pie juntillas.

“Resulta que había un cuarto Rey Mago que se llamaba Artabán, quien vio la estrella sobre Belén y decidió seguirla. Llevaba un cofre lleno de piedras preciosas como regalo para el Niño. Por el camino encontró varios mendigos y a cada uno le dio una perla; es por ello que llegó muchísimo más tarde que los tres Reyes Magos que conocemos. Gente pobre, enfermos, encarcelados…; se quedaba con ellos hasta aliviar sus penas y procedía su marcha. Llegó a Belén y allí no había nadie, los Magos habían regresado a sus países y el Niño con José fueron a Egipto. Por treinta años, este cuarto Rey Mago buscó al Niño y en este tiempo seguía ayudando a los más menesterosos. Llegó a Jerusalén justo el día que, en la Plaza del Pretorio, una multitud de gente enfurecida pedía que matasen a un pobre hombre y acercándose a él se dio cuenta que en sus ojos había un brillo, igual que el de la estrella. La tristeza le llenó el corazón, ya estaba muy viejo y cansado; sin embargo, en su bolsa aún guardaba una perla y esta se la entregó a quien colgaba de la cruz. Ya no tenía a dónde ir y se quedó en Jerusalén. Al tercer día, una inmensa luz brilló en su habitación: ¡era el Resucitado que venía a su encuentro!

El Rey Mago, cayendo de rodillas ante Él, extendió su mano y Jesús se la tomó tiernamente diciéndole: ¡Tú, no fracasaste! Al contrario, me encontraste durante toda tu vida porque estaba desnudo y me vestiste, tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve preso y me visitaste. Pues Yo estaba en todos los pobres a quienes atendías por el camino”.

Reitero mi gratitud al P. Rafael Reátegui por este bello mensaje que me envió. Hoy la liturgia nos presenta la Epifanía del Señor, la Fiesta de los Reyes Magos; es cierto que siempre nos hablaron de tres, pero no cabe duda que este cuarto Rey Mago es la personificación de cada uno de nosotros, que hace realidad cada día encontrarse con Cristo en el necesitado.

Siendo este el primer domingo del nuevo año, deseo que cada uno de nosotros busquemos en nuestros corazones el Jesús que llevamos dentro y nos necesita.

“En Navidad todos los caminos conducen a la familia”.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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