Platón y Aristóteles
Generación tras generación, la Humanidad enfrenta el ataque de los grupos que ansían conquistar todo el poder y no encuentran razonable compartirlo con otros que tengan distintos valores y objetivos. Pretenden que la sociedad sea íntegramente diseñada de acuerdo a su ideología totalitaria; nos exigen vivir conforme a lo que ellos creen que es lo correcto, pues presumen de su supuesta superioridad ideológica, intelectual, racial, e inclusive nacional. Son herederos de Platón, quien sostuvo que el conocimiento extraordinario es la fuente del poder, abriendo una puerta por la que pasaron ‘iluminados’ lideres absolutistas; Aristóteles en cambio, propuso el gobierno mixto: una élite política experta y capaz, pero sustentada en el permanente ejercicio democrático.
La Silent Generation que sobrevivió a la II Guerra Mundial observó impotente cómo los totalitarios aplastaron rebeliones destinadas a recobrar la libertad en una Europa dominada por los tanques soviéticos. Berlín en 1953, Hungría en 1956 y Praga en 1968, además de la construcción del muro que dividió una ciudad para ‘proteger a los berlineses del imperialismo capitalista’. Cierto es que nadie huye de una nación libre hacia una dominada por un grupo totalitario; la generación Baby Boom fue numerosa y optimista, Quino y su Mafalda temieron una guerra nuclear, hasta que entendieron que el efecto disuasorio de las ojivas garantizaba la paz. Fueron testigos de las luchas del sindicato Solidaridad del polaco Lech Walessa, de los intentos de asesinato a Juan Pablo II y Ronald Reagan, los artífices del derrumbe comunista. En un mundo bipolar, debatieron intensamente sobre el supuesto destino victorioso del marxismo, hasta que los campos de exterminio en Siberia y la absoluta derrota política del socialismo real desnudaron su subdesarrollo económico y la pobreza de sus pueblos.
Por su parte, las generaciones X e Y pensaron que la libertad era segura, dando por sentado que tienen ‘el derecho’ a disfrutar lo que otros pagaron con sus vidas, sin asumir el compromiso de mantenerlo. Recién despiertan frente al nuevo intento del comunismo, ahora sutilmente agazapado detrás de reivindicaciones justas, pues al no poder ofrecer ningún ejemplo de desarrollo y bienestar, tiene que agudizar las deficiencias que las sociedades aún no han resuelto. Respeto y tolerancia, equidad e igualdad, educación de calidad y sostenibilidad ambiental, son las tareas pendientes y urgentes del mundo democrático, pues salvo contadas excepciones, carece de una élite política con la solidez de las predecesoras. Que la lucidez de Aristóteles nos enseñe el camino de la moderación y la libertad.