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Fecha Publicación: 26/12/2023 - 22:00
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Doña Dina se queja en calles y plazas que la prensa sólo difunde malas noticias y que no destaca los “logros” del régimen de turno. Más adelante, nos referiremos a alguno de los aciertos, pero empecemos con darle a la sucesora presidencial un baño de realidad antes de fin de año.

El titular alfanumérico no es una ocurrencia de la inteligencia artificial sino el dato duro y penoso del decrecimiento del PBI en que el Perú mínimamente cerrará este 2023, el peor en más de dos décadas. Otras estadísticas terribles: la tasa de pobreza monetaria alcanzará el 28.7 % de la población; la inversión privada que representa el 80 % de la inversión total se contraerá entre -5.3 y -7.3 % y el déficit superará la regla fiscal. Es cierto que esta patética realidad no es achacable exclusivamente a la mediocre gestión gubernamental; empero, ponderando los factores endógenos y exógenos –jerga de los economistas– la ocupante de Palacio de Gobierno y adláteres cargan con la mayor responsabilidad ya que hasta ahora la Nación apenas ve –dicho generosamente– la luz al final del túnel.

¿Hay lugar para la esperanza y su hermana el optimismo durante el 2024? Una última encuesta arroja que tres de cuatro peruanos considera que el país va cuesta abajo en la rodada, y es que el problema de fondo no solo es la poca capacidad del Ejecutivo –empezando por la cabeza del Estado o el Premier que pareciera que es que quien lleva prestada las riendas–, sino, principalmente, la falta de confianza y seguridad ciudadanas en la administración del aparato estatal y, por supuesto, los bolondrones y destapes diarios que prosiguen dinamitando la institucionalidad constitucional y democrática del país.

Adelantamos que algún acierto habría que anotarle a doña Dina y su equipo. Pues sí y, tal vez, el mayor sea la creación de la Autoridad única en materia de infraestructura y cierre de brechas económico-sociales cuya multimillonaria cartera de inversiones públicas y/o privadas a licitarse a partir del año nuevo comenzaría a cambiar la triste cara de la República. Más, claro, para que ello sea maná del cielo se requiere primero restaurar aquí y acullá la confianza perdida.

El Perú es más grande que sus problemas, nos recuerda siempre el gran Jorge Basadre. Por ello, doña Dina, deje de ser el problema y sea el tiempo que dure la posibilidad y la solución si no es mucho pedir. De lo contrario, que la Patria se lo demande más temprano que tarde. ¡AMÉN!

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