Pedro Castillo, recuerde que el órgano más sensible no es el corazón sino el bolsillo

Formular previsiones económicas se ha convertido en un ejercicio imposible, incluso a corto plazo. Hoy todos son recortes hacia la baja, producto de una inflación mundial que afecta significativamente a los más pobres. Es un quiebre total cuando se descontrola. No culpo al Gobierno por el origen del problema, pero sí por su absoluta y demostrada incapacidad para tomar medidas básicas de mitigación. Penoso escuchar a un titubeante e ignorante Castillo, que en su cabecita ¿pensará? que Petroperú es la solución para parar el aumento del precio de la gasolina pero que no logra verbalizarlo, porque quizás ni siquiera sabe exactamente para que sirve esta empresa estatal que hoy rinde menos que el año pasado. Consumimos 200,000 barriles y solo producimos 40,000.

A más inri, la política covid-cero de China está asfixiando su economía y mantiene ralentizada la distribución global. Se espera un modesto crecimiento del 3.5%, a pesar del optimismo mostrado por Liang Yu, su embajador en el Perú (Gestión 20/06/2022). Todos sabemos que las cifras oficiales en ese país son una caja negra.

Inevitablemente habrá una menor demanda de los metales industriales y, en consecuencia, una tendencia a la baja de sus precios. Es un golpe fuerte que no va a ser compensado con una mayor oferta de exportaciones porque la minería dista de ser una prioridad para este gobierno.

Quizás algunos como el ministro Graham, lo intentan. Saludo que haya decidido mantener la recuperación anticipada del IGV para actividades de exploración y que haya ofrecido, ante miles de inversionistas en Toronto, dar medidas para cerrar las brechas sociales y productivas de las poblaciones que habitan alrededor de la cartera de proyectos mineros; sin embargo, soy muy escéptica. En el Perú el papel aguanta todo. Hacemos normas muy prolijas pero que nunca funcionan. Baste recordar que en enero del 2017 se creó el Fondo de Adelanto Social con bombos y platillos, con un presupuesto inicial de S/ 50M para reactivar, en ese mismo año, US$7,000M en proyectos. Estamos en el 2022 y la cartera sigue idéntica. No se ha adjudicado uno solo, a pesar de todo el gasto incurrido por el Estado para promoverlos y los costosos Roadshows de Promperú. Año tras año le ofrecemos el oro y el moro a los inversionistas en el PDAC –feria minera más grande del mundo– pero nada se cumple. Al contrario, cada vez estamos más abajo en la clasificación del Fraser Institute. El hundimiento es paulatino como todo en el Perú. No hay recurso humano para cumplir una sola promesa de bienestar. El Congreso es el mejor ejemplo de que todo es un bien transable y se vende barato, aun cuando ello signifique darle la espalda a la solvencia democrática del país.

En el interín, Castillo huye de los problemas, no da la cara y circula como un “divo atemorizado”, rodeado de miles de policías. Debe estar cumpliendo alguna perversa fantasía. Además, tiene cerca de 300 radios en provincias haciendo proselitismo a favor de su gobierno y la necesidad de nueva Constitución, seguramente financiados por los GRs que compiten por los favores del Ejecutivo que, a su turno, los premia con jugosas transferencias presupuestales. Nunca hay lonche gratis.

En octubre vamos a estar aún peor. La gente va a votar con mucha rabia en estas próximas elecciones. La gran tarea es la regeneración ética de la política y para ello se necesitan partidos políticos de verdad: con ideología, doctrina y un norte claro. Pero, antes que nada, tienen que irse todos, elecciones generales ya.

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