Pasaporte del tiempo
Desde el sur, con aroma a pulcro sillar, llega “Pasaporte del tiempo”, empolvado, pero brillando, un bello libro de Lily Sánchez, como toda hechura arequipeña. Viene para subvertir las letras con sus cuentos y poemas y para agradar con su muy buen manejo del lenguaje y para hacernos saber, también, que en Arequipa “Los poetas están tristes y santifican a los locos”. Es que “No en vano se nace al pie de un volcán”, y no en vano se canta con voz infinita “Tierra Hermosa de excelsas virtudes, nunca pierdas tu cálida fe, que por siempre tendrás juventudes que renueven laureles de ayer”. Es que el amanecer en suelo arequipeño es una estela que primero rinde pleitesía al guardián de la ciudad: el majestuoso Misti. El volcán, que para corresponder se saca el sombrero blanco y saluda a cuanto ser vivo se detiene para mirarlo.
Este pasaporte no es un souvenir para turistas, este otorga licencia para irrumpir en escenarios en que solo la imaginación y la fantasía de quien escribe nos acercan a la cruda realidad. Sus páginas están selladas, como si se tratase de visitas a ciudades desconocidas y países cuya grandeza son poemas o cuentos escritos con fineza, propia de quien ha transitado por el difícil mundo de la cruda realidad, y trabajado sus letras en tierras pantanosas. Felizmente la cosecha de los primeros frutos irá arrancando suspiros, alegrías y también lágrimas porque estos primeros frutos tienen un sabor especial y saben a retos mayores, que ojalá la poeta los asuma. Es también una invitación a transitar por escenarios desconocidos, pero, sobre todo, es una invitación para engrandecer el espíritu o, como se dice en suelo arequipeño, para rentabilizar la salud espiritual.
Los viajes que se hacen a través de un libro, son lienzos que se van pintando con el color de nuestros particulares deseos, son recetas diarias para no olvidar que tenemos un corazón y un cerebro que requieren dosis diarias de vitaminas llenas del abecedario. Por eso, no lo piense más, es hora de que emprenda viaje por mundos desconocidos. Es hora de que tome su pasaporte y enrumbe por ese camino especial que alumbre las noches calladas, y siga la ruta escrita por el rugido del León del Sur.
Vamos, el tiempo no se detiene y avanza, está hecho a la medida de la alborada; vamos a ver las bellas campiñas de la blanca ciudad donde florecen poemas, cuentos, pero, sobre todo, donde aroman libros como “Pasaporte del tiempo”.
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