Pandemónium fiscal
En sus más de cuarenta años de existencia como Organismo constitucionalmente autónomo, el Ministerio Público (MP) ha navegado más de una vez por mares procelosos perdiendo y recuperando su independencia institucional frente a los Poderes del Estado. Sin duda el período más negro fue el decenio fuji-montesinista en que la impresentable Blanca Nélida Colán –por algo le cantaban “cementerio”– puso la Entidad al servicio de los intereses políticos y cleptocráticos del Régimen de turno, aunque es verdad que, prácticamente, toda el sistema de justicia resultó igualmente sometido con excepción del Tribunal Constitucional que duró algunos años hasta ser finalmente capturado. A continuación, cómo no referirnos a la nefasta influencia que sufrió el MP bajo el mandato presidencial de Martín Vizcarra que contribuyó a seguir erosionando el recto funcionamiento fiscal y administrativo del Organismo.
Al instalarse el desgobierno Castillejo y su banda en el 2021 –con una que otra excepción– que, del saque, puso en peligro la institucionalidad constitucional y democrática de la República, el pronóstico para el Aparato Estatal en general y el MP en particular, era tan obscuro como lo anterior. Sin embargo, la entonces flamante Fiscal de la Nación (FN), Patricia Benavides, emergió como una luz de esperanza al, señeramente, abrir y tramitar la investigación penal preliminar contra el incapaz y corrupto Primer Mandatario que coadyuvó a su vacancia y la consiguiente sucesión presidencial que sin ser la ideal ni mucho menos es lo que se tiene a falta de algo mejor. Y pareció que vendrían horas mejores para el MP emulando los tiempos de sus grandes FN de la década de 1980. Pero nada.
Lo irónico, por no decir burla sangrienta, es que a estas alturas el MP ha vuelto a ser un Campo de Agramante fruto de la lucha intestina por alcanzar el poder en la manoseada Junta de Fiscales Supremos. La Dra. Benavides, festinándose el trámite, ha sido ilegalmente suspendida en el cargo por la más que cuestionable Junta Nacional de Justicia (JNJ), cuyos miembros , a su vez, están en la mira del inefable Congreso Nacional para ser removidos pronto o tarde. Entre tanto, el MP tiene un FN interino que de un plumazo pretende cambiar hasta los muebles. Una pena que don Gonzalo Ortiz de Zevallos, patriarca de la Institución o don César Elejalde Estenssoro, por citar dos de los mejores, no estén vivos para impedir este desmadre. Pobre imagen la que da el país.
Si la Dra. Benavides es responsable de errores o ilícitos, que ello se determine en un debido proceso y no mediante la farsa armada por la JNJ. Para remate, el Parlamentarios con un dígito de aceptación popular se largan a gozar del verano dejando al Perú en este bolondrón. Y todavía se sorprenden de que los repudie la ciudadanía. ¡AMÉN!
P.D.: ¡FELIZ NAVIDAD CON EL NIÑO JESÚS, AUNQUE SEA SIN PANETÓN!
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