Orgullo bolivariano
No es de extrañar que, a medida que ha pasado el tiempo, los conflictos no hayan cesado. A pesar de los esfuerzos globales por alcanzar la paz, la naturaleza conflictiva del ser humano sigue manifestándose. Precisamente por ello, la creación de organizaciones internacionales para prevenir enfrentamientos ha sido uno de los grandes avances de la humanidad. Sin embargo, si se observa con detenimiento, es evidente que los conflictos continúan y que, en muchos casos, los esfuerzos no logran su objetivo.
En este contexto, el Premio Nobel de la Paz ha buscado reconocer a figuras y procesos que han contribuido significativamente a la paz mundial. Lo que pocos recuerdan es que, entre sus nominados, se encuentran personajes polémicos como Adolf Hitler, Benito Mussolini y Joseph Stalin. Incluso Henry Kissinger lo obtuvo, compartiéndolo con Lê Duc Tho, quien lo rechazó alegando que no existía una paz real en Vietnam. Estos hechos reflejan cómo, en distintas épocas, las nominaciones y decisiones en torno al premio han generado debate. Tal es el caso de las negociaciones promovidas por el presidente de Estados Unidos, nominado en 2020 y 2021, sin obtener el galardón. Para 2025, muchos aseguraban que lo tenía “asegurado”. Él mismo dijo que lo “merece”, aunque también expresó que, si no llegaba a recibirlo, “sería un insulto para Estados Unidos”.
El anuncio que ha marcado un hito este año ha sido la concesión del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, exdiputada de la Asamblea Nacional de Venezuela y coordinadora nacional de Vente Venezuela. Su figura representa inspiración y fuerza en la lucha contra la dictadura venezolana y a favor de la restauración democrática. Es un símbolo de esperanza y perseverancia, lo que la convierte en una ganadora ejemplar del Nobel 2025. El Comité Noruego del Nobel anunció su decisión el 10 de octubre, destacando “su incansable trabajo promoviendo los derechos democráticos para el pueblo de Venezuela y su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
El Nobel de la Paz tiene como propósito reconocer la valentía, el esfuerzo y la trayectoria de quienes han contribuido a la justicia y la reconciliación. Ha enaltecido a personajes como Martin Luther King Jr., por su lucha por los derechos civiles; Nelson Mandela y Frederik de Klerk, por la transición pacífica del apartheid; y Mijaíl Gorbachov, por su papel en el fin de la Guerra Fría. Hoy, María Corina Machado se une a esta lista, representando a Sudamérica en un espacio histórico reservado para quienes han luchado incansablemente por un mundo mejor, con justicia, vida y libertad.
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