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Nuevos vientos, ojalá

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Fecha Publicación: 23/12/2022 - 23:30
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El anuncio del nuevo jefe del Gabinete ministerial, Alberto Otárola, de buscar el diálogo entre todas las fuerzas políticas y organizaciones de la sociedad civil, impulsar la meritocracia para ocupar los puestos de gestión en la administración pública y devolver a la población la paz y tranquilidad necesarias para salir de la grave situación de crisis política y social que nos dejó el expresidente Castillo, resulta una especie de bálsamo que la población estaba esperando. Hemos vivido días de una planificada violencia con tomas de carreteras, destrucción de locales públicos, amenazas con tomar represalias a quienes se negaban a participar de los actos de vandalismo, más de una veintena de muertes, sobre todo, de jóvenes, cuyos responsables de llevarlos a ese extremo de la violencia, deberán ser individualizados y sancionados, luego de una investigación serena que los organismos competentes ya empezaron a llevar a cabo.

El nuevo gabinete ministerial, de la presidenta Dina Boluarte, bajo el liderazgo, esta vez, de Alberto Otárola, ha despertado cierta empatía en parte de nuestra clase política que no encontraba salida a los estropicios que, cotidianamente, eran cometidos por el exmandatario Castillo. Con una experiencia en gestión pública y haber sido ministro de estado, en el pasado, Otárola, que es hombre de derecho, ha ofrecido emprender una gestión amplia, plural, de respeto a la ciudadanía y bajo comportamientos totalmente diferentes a la era Castillo. Y, por otra parte, una relación contraria a la que mantenía Castillo con la prensa a la que atacaba incesantemente. Ello explica que los ministros de estado estén visitando medios de información, lo cual es saludable para nuestra democracia.

El peligro, sin embargo, de nuevos actos de violencia, no ha desaparecido. El riesgo subsiste. Más todavía, si vemos que connotados congresistas de una izquierda radical vienen anunciando nuevas estrategias de lucha en su objetivo político de conseguir la Asamblea Constituyente, pese a que ellos saben que es inconstitucional lo que proponen. Como es inviable el retorno de Castillo al cargo del que fue vacado constitucionalmente y que esos sectores repiten en las regiones y pueblos más alejados del país, sólo con el propósito de soliviantar a esas poblaciones y lanzarlas, nuevamente, como carne de cañón a cometer vandalismo y actos de sabotaje que nuestras fuerzas policiales y fuerzas armadas deberán enfrentar con firmeza y respeto a la ley en resguardo de todos los peruanos y de la democracia en peligro.

El azuzamiento contra la tranquilidad no sólo se da entre nosotros, sino que también ahora viene de afuera y desde el palacio en que habitan Manuel López Obrador y Gustavo Petro, presidentes de México y Colombia, respectivamente y del exmandatario boliviano, Evo Morales, todos ellos, convertidos en protectores ideológicos de Pedro Castillo. Esconden, en todos los tonos, que Castillo fue destituido constitucionalmente por pretender dar un golpe de estado que no tuvo respaldo, felizmente. Tampoco dice que Castillo tiene hasta ocho carpetas fiscales con investigaciones por actos de corrupción y dirigir, supuestamente, una red criminal, según la tesis de la fiscalía.

Los aliados de Castillo vienen utilizando el asilo, concedido por el presidente López Obrador, a la familia Castillo, como el caballito de batalla que necesitaban para confundir a la opinión internacional. Al respecto, la canciller Ana Cecilia Gervasi destacó que en nuestro país impera el Estado de derecho y se cumplen las obligaciones internacionales. La Canciller señaló además que se informó al gobierno mexicano que la esposa de Castillo se encuentra comprendida en una investigación preparatoria como coautora del delito de organización criminal y por ello, junto con los salvoconductos, se les entregó su expediente judicial, a fin de que estén enterados de su situación. Sin embargo, para López Obrador este expediente no existe, la investigación debe ser, seguramente, un invento de los enemigos de Castillo. Que tal ignorancia. Aprovecho para desearle a todos los lectores una feliz Navidad.