Nuevos logotipos, viejas mañas
La mañana del 1 de enero en muchas plazas de municipalidades amanecieron muy diligentes cuadrillas de “voluntarios” borrando el logotipo que representa al distrito y/o provincia, para cambiarlo por uno “nuevo”.
Pareciera que para las autoridades que inician su periodo la prioridad, lo urgente es presentarse con un “nuevo rostro”. Lamentablemente, esta es una de las conocidas y viejas mañas que perduran, demostrando así el total desprecio por los ciudadanos.
Un logotipo es una imagen de marca que resume lo que es una ciudad, en él se representa y expresa su historia y su visión de futuro; en otros casos, representa la riqueza material e inmaterial de la ciudad y, en otros, es lo que transmite la ciudad a sus ciudadanos y visitantes. El logotipo es una asociación de valores y emociones que promueve la unidad de un pueblo, de una ciudad. Es su patrimonio, con él se identifican sus ciudadanos, porque una ciudad no solo es lo que posee sino también lo que comunica.
En los últimos años, mucho lo han manoseado de la manera más burda. Por ejemplo, en el distrito donde resido, no sé cuántas veces lo han cambiado y cada nuevo logotipo tiene un diseño que linda con lo huachafo y que poco o nada recoge de lo que representa la ciudad. Pero todos sabemos que en el fondo del asunto, otras son las motivaciones que justifican estos cambios: tremendos e innecesarios presupuestos. Usted, amable lector, no tiene la menor idea de cuánto es el costo de todo ello: la idea, el presentarlo en toda la ciudad, los nuevos membretes, la documentación, la publicidad, etc. Sin embargo, las necesidades que requieren urgencia en su atención están frente a la puerta de ingreso de los edificios de las municipalidades.
En las grandes y pequeñas ciudades, los logotipos permanecen en el tiempo y han sufrido poquísimas modificaciones. Es cierto que se han adaptado a los tiempos modernos siempre manteniendo la esencia central. Ojalá que nuestras autoridades ediles algún día entiendan el verdadero significado que representa el uso y difusión de los logotipos y ojalá que los ciudadanos lo entendamos y también nos comprometamos a preservar ese patrimonio de la ciudad. Solo así podremos promover la pertenencia a la comunidad, a la ciudad. No nos escondamos detrás de las cortinas de nuestras ventanas y no nos desentendamos de este tema que también es importante. Pero jamás perdamos la perspectiva en atender los problemas principales, son a esas urgencias a las que debemos dedicar los mayores esfuerzos.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.