Nuestra realidad

Con ocasión de celebrarse el Día del Trabajador, la presidenta Dina Boluarte se comprometió a “salvaguardar los derechos laborales, a fomentar el crecimiento económico y a promover la creación de empleos dignos con salarios justos. Un país que valora a sus trabajadores es un país que se respeta a sí mismo”, aseguró.
Sin embargo, es evidente que la celebración de esta fecha ya no tuvo, en esta ocasión, el entusiasmo ni el fervor sindicales de otras épocas en el país. En décadas pasadas, eran las organizaciones laborales, muy poderosas y organizadas todas ellas, las que le daban color y significado especiales a la fecha. Recordamos las marchas masivas de trabajadores por las calles de las ciudades, portando inmensas banderolas con las siglas de sus organizaciones y sus demandas gremiales entre vítores y cánticos alusivos. Nada de eso se ve hoy, desde hace ya tres décadas.
El 1 de mayo siempre nos recuerda la histórica revuelta de obreros en huelga, en su mayoría anarquistas, a fines del siglo XIX en Chicago, Estados Unidos, que desembocó, tiempo después, en un juicio considerado injusto contra sus dirigentes. Aquellos trabajadores luchaban por su derecho a la jornada laboral de ocho horas y a condiciones de trabajo dignas y humanas. Finalmente, la Corte condenó a muerte a cinco de ellos y tres fueron recluidos; por ello, los trabajadores del mundo los consideraron y denominaron “Mártires de Chicago”, en cuya memoria se estableció el 1 de mayo como Día del Trabajador.
Muchos países, incluido el nuestro, oficializaron esta fecha, considerada memorable para la historia de las luchas gremiales en defensa de las ocho horas de trabajo y otras reivindicaciones. Dos siglos después, seguimos celebrando la fecha como un acto de reflexión, aunque sin el brillo ni la convicción de épocas anteriores.
Con motivo del Día Internacional del Trabajo, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó, recientemente, que según los resultados de la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN), en 2024, la población ocupada del país alcanzó los 17 millones 322 mil 900 personas, cifra superior en 0.8 % respecto a 2023.
La población ocupada en el área urbana ascendió a 14 millones 19 mil 200 personas (80.9 %), mientras que en el área rural llegó a 3 millones 303 mil 700 (19.1 %). Según el sexo, el 55.6 % (9 millones 636 mil 900) son hombres y el 44.4 % (7 millones 686 mil) mujeres. La población ocupada está conformada mayormente por personas de 25 a 44 años (47.5 %), seguidas por las de 45 años o más (38.3 %) y los menores de 25 años (14.2 %).
La investigación reveló, asimismo, que el 19.8 % alcanzó solo educación primaria; el 42.2 % cuenta con educación secundaria; el 20.7 % tiene educación superior universitaria y el 17.3 % educación superior no universitaria.
Por tipo de ocupación, el 41.9 % trabaja en servicios, el 23.8 % en agricultura, pesca y minería, el 19.0 % en comercio, el 8.7 % en manufactura y el 6.7 % en construcción. Además, el ingreso promedio mensual aumentó en 5.5 %, pasando de 1,674.4 soles en 2023 a 1 ,765.9 soles en 2024. El ingreso promedio de las mujeres creció 6.3 %, mientras que el de los hombres aumentó 4.9 %.
Finalmente, esta semana, la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, denunció constitucionalmente al expremier Alberto Otárola por favorecer contrataciones a su expareja Yaziré Pinedo. Según la fiscalía, Otárola incurrió en negociación incompatible, con una posible condena de entre cuatro a seis años de cárcel.

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