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Matiaza Rimachi

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Fecha Publicación: 09/07/2021 - 22:20
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Caminando por la plaza de Chachapoyas, contemplando su cielo que siempre reposa vestido con un especial manto azul, sentí la sensación de cruzar campos sembrados de mensajes enviados de ese cielo, era como abrir un libro lleno de agradables sorpresas. De pronto percibes una voz que te llama desde una esquina, como quien te dice ¡Vuelve!, ¡visítame! La misteriosa voz no se dejaba ubicar en ninguna esquina pero el cuerpo no duda en dirigirse hacia la dirección correcta. Finalmente llegas a la casa de un ser de mucha valía histórica. Es del sacerdote y profesor Toribio Rodríguez de Mendoza quien perteneció a la Sociedad Amantes del país. En su interior una agradable charla purifica el alma y eleva tu corazón para que el compromiso con la patria no sea una pose que se pinta del color del dinero.
Al salir, una niña que apenas pintaba los 12 añitos me invitó para escucharla. Ella, con el pecho henchido, me habló de los otros héroes de Chachapoyas, puso especial énfasis en Matiaza Rimachi. Sentí como si alguien me llamaba desde el pasado. Es que nuestras heroínas siempre estuvieron y están ahí, olvidadas, y a veces ignoradas intencionalmente, Matiaza, trascendió a su condición de mujer para luchar con bravura a lado de sus hijos, esposo y padres. Ella asumió la responsabilidad de preparar municiones para los combatientes patriotas que en la Batalla de Higos Urco, un 6 de junio de 1821, quienes se levantaron contra la guarnición realista. Hace unos días recibimos con beneplácito la noticia de que el Estado peruano ha otorgado la Orden Emérito a 13 mujeres del Bicentenario por su contribución en la gesta emancipadora, entre ellas destaca nuestra Matiaza Rimachi.
Al visitar Chachapoyas, no dejas de pensar en la catarata Gotca, los sarcófagos de Karajía, el complejo arqueológico de Kuélap, los mausoleos de Revash, la laguna de los cóndores, las cavernas de Leo y tantas atracciones llenas de belleza, significado y magia. Al final, todo es apenas una anécdota. Me quedo con la lección de mayor valía que es el valor de defender la patria. “Matiaza Rimachi y sus dirigidas le dijeron [a nuestros soldados] que si se acobardaban les entregasen a ellas los fusiles”. Las valientes mujeres de Chachapoyas, y seguro que fue así en otros lugares del país, han marcado el camino que debemos seguir siempre. Bella herencia de valentía que engrandece a las mujeres del Perú.

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