Los temas pendientes
La sola discusión –si bien, breve– de la moción de vacancia presidencial en el congreso de la República, a principios de esta semana, sirvió para colocar en vitrina varios aspectos de importancia que se desprendieron de las intervenciones parlamentarias.
La moción, rechazada por la mayoría de las bancadas, salvo las de Renovación Popular, Avanza País y Fuerza Popular, que se mantuvieron por la vacancia, permitió aceptar la licitud o constitucionalidad de la propuesta, dentro de los marcos señalados por la Constitución Política del país, tanto que sus detractores, una vez conocidos los resultados, olvidaron de seguir argumentando que se venía un golpe de estado, calificando a los propulsores de la vacancia como golpistas.
Una vez que los votos decidieron que el pedido no iba más, todos aceptaron la decisión de una mayoría, que es como se debe convivir en una democracia. Y la sombra de golpismo desapareció, casi por arte de magia.
Hay que reconocer que esta iniciativa tomada por un impromptu de la congresista Patricia Chirinos de Avanza País, no fue adecuadamente procesada y menos coordinada con las demás fuerzas políticas que rechazan la surrealista gestión del profesor Pedro Castillo. De nacimiento iba camino al fracaso. Aun así, permitió, en todo caso, para que las bancadas se reagrupen entre ellas, unidas más por intereses comunes que quizás no se puedan explicar.
Algunas de ellas que, en días cercanos al debate, parecían estar del lado de la vacancia, cambiaron de opinión para auparse a la embarcación oficialista, a sabiendas que el partido de gobierno y, más concretamente, el presidente Castillo dejaba en el camino muchos vacíos en la nebulosa, como veremos más adelante. Los nuevos partidos cercanos al mandatario justificaron su actitud, señalando que lo hacían por “mantener la gobernabilidad”, frase ésta de difícil digestión.
Lo curioso es que, a solo 24 horas de rechazada la moción, los líderes de estos nuevos aliados del gobierno salían a los medios para informar que seguirían manteniendo su independencia y que los oficialistas eran otros y no ellos.
Toda una jungla verborreica que no hacía más que confundir a la siempre castigada población. Lo más sorprendente fue escuchar a César Acuña, líder de Alianza para el Progreso y principal animador del rechazo a la vacancia, insinuando que Somos Perú, Partido Morado y Podemos Perú, que también rechazaron la moción, se hallaban más cerca a la gestión del mandatario y que bien podrían ser, ellos sí, considerados “aliados del Gobierno”.
Aparte del hecho de que la moción no fuera admitida a debate, no podemos ignorar, sin embargo, que muchos de los puntos que surgieron para justificar la vacancia, no han dejado de ser vigentes y, por el contrario, la población sigue esperando que el presidente Castillo hable la verdad y explique con claridad qué fue lo que ocurrió, por ejemplo, en la casa de Breña, cedida para su uso por un amigo y paisano de él, de quien se supo que era contratista con el Estado.
El jefe de Estado deberá explicar qué razones motivaron para que él siga despachando, en actitud subrepticia y al filo de la madrugada, en ese lugar, con ministros de estado, congresistas, lobistas, contratistas con el Estado y una serie de extraños personajes que dieron pie a la especulación de estar actuando indebidamente, no obstante que en una primera oportunidad anterior, la propia Contraloría General de la República y la Defensoría del Pueblo ya le habían advertido que lo que hacía era una grave falta administrativa y hasta delito y que no lo volviera a hacer.
¿Qué pasó? En el congreso de la República, la comisión de Fiscalización había solicitado, en momentos que escribíamos este artículo, se le otorguen facultades de comisión investigadora para dedicarse, precisamente, a este particular aspecto. Veremos.
Por otra parte, para evitar ser vacado, el mandatario, mantuvo reuniones en palacio, con los líderes de los partidos políticos que acudieron a su invitación. Se dijo, luego de esas reuniones, que el presidente les había ofrecido reestructura su actual Gabinete Ministerial, ser más tolerante y democrático, explicar al país de sus desatinos de gestión, ser respetuoso con la prensa nacional y que, por todo ello, algunas de las bancadas en el parlamento estaban cambiando de posición respecto a la moción de vacancia.
Sin embargo, han pasado muchos días de dichos encuentros y el presidente parece no inmutarse y estar ajeno a todo lo acontecido, porque sus intervenciones en ceremonias públicas se refieren a otros temas, menos a estos que hemos recordado y, supuestamente, él se comprometió para no ser desaforado por el congreso de la República. Quedan, pues, puntos pendientes que responder frente a la población.
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