Los patrones que nos dominan
Desde nuestra infancia, vamos tejiendo patrones emocionales y mentales que operan en nuestro inconsciente. Estos patrones se reflejan en nuestras relaciones y nos llevan a repetir dinámicas que nos hacen sufrir, aunque no siempre lo notemos. El primer paso para cambiar este ciclo es volver al origen de estos patrones, hacer un trabajo constante y diario, y practicar el amor y el autocuidado.
Desde que somos niños, patrones muchas veces operan en nuestro inconsciente. Estos patrones actúan como un guion invisible que se refleja en nuestras relaciones, en las decisiones que tomamos y en las emociones que experimentamos, muchas veces sin que nos demos cuenta. Lo curioso es que estos patrones, que nacen en la infancia, tienden a repetirse en la vida adulta, especialmente en el ámbito sentimental, generando relaciones que, aunque nos hacen daño, nos resultan familiares y, de algún modo, cómodas. El primer paso para romper este ciclo es volver al origen de estos patrones, hacer un trabajo constante y diario, y, sobre todo, practicar el amor y el autocuidado, que muchas veces dejamos en el olvido por estar inmersos en dinámicas tóxicas.
El proceso de sanación puede ser doloroso, pero es liberador. Al identificar y trabajar en estos patrones, podemos liberarnos de relaciones que nos hacen daño y crear vínculos más sanos y conscientes.
Ejemplo 1: La manipulación encubierta
Imaginemos a alguien que, desde pequeña, aprendió que el afecto de sus padres dependía de complacerlos. Esta persona creció con la creencia de que su valor dependía de hacer felices a los demás, incluso a costa de sus propios deseos y límites. De adulta, esta persona puede repetir este patrón en sus relaciones sentimentales.
La dinámica se manifiesta de la siguiente manera: cuando su pareja la critica o se aleja, ella siente un temor profundo a perder ese afecto y, para evitarlo, cede en sus propios límites, aceptando situaciones que le hacen daño. Con el tiempo, esta conducta refuerza la idea de que su valor está en complacer y no en su propia autenticidad.
La terapia de esquemas trabaja en identificar esa creencia central y en reemplazarla por la idea de que su valor no depende de la complacencia. Se trabajan técnicas como la reestructuración cognitiva, donde se cuestionan esos pensamientos automáticos, y el mindfulness, para que la persona aprenda a reconocer sus propios límites y a cuidarse a sí misma.
Ejemplo 2: La búsqueda de protección a costa del propio bienestar
Otra persona puede haber crecido con la creencia de que no encontrará a alguien que la cuide, y por eso se queda en relaciones donde no es tratada con respeto. La dinámica aquí es que, aunque haya maltrato, la persona se aferra a la idea de la protección, esperando que las cosas cambien
Ejemplo 3: La esperanza de cambio en una relación tóxica
A veces, nos quedamos en relaciones esperando que la otra persona cambie. La terapia de esquemas y el mindfulness nos ayudan a reconocer que ese patrón viene de la infancia y a tomar decisiones más saludables.
Romper estos patrones es un viaje que vale la pena. Te invito a que reflexiones sobre tus propios patrones y a buscar apoyo profesional si lo necesitas. El primer paso hacia una vida más plena es conocerse a uno mismo.
Si estás listo para dar ese primer paso, te invito a comenzar hoy mismo. Tu bienestar y tu paz interior te están esperando. Estoy aquí para apoyarte.
No dudes en contactarme para continuar este camino de crecimiento, autoconocimiento y conciencia, estoy aquí para ayudarte contáctate conmigo, : Zu Ghersi Instagram https://www.instagram.com/zusetteghersi o VitalidadYoga
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