Los caviares, eternos traidores

Muy a su estilo, la mafia caviar ha desatado una feroz campaña mediática para orquestar la vacancia de la presidente Boluarte. Los think tanks de la progresía -que lideran el ataque- han activado todos sus contactos con aquel esqueleto pestilente y económicamente semiquebrado llamado "la gran prensa peruana".

No hay día ni hay hora en que no aparezca una nueva murmuración, peor que la previa, en que esos medios de prensa ubiquen a Boluarte al nivel de Castillo. ¡Inclusive peor, en cuanto a hechos de corrupción! Es la estrategia, sin tregua, de este movimiento sedicioso, liderado por los caviares trajeados de "izquierda elegante" que siembra falacias para desinformar al país.

¡Su único propósito es allanarle el terreno a algún encumbrado, caradura de la progresía caviar, como próximo –inminente- presidente del país en calidad de relevo de la mandataria Boluarte! Hablamos de una táctica semejante a la usada en 2020 para vacar a Vizcarra.

¡Aunque inicialmente les falló! Porque el Parlamento eligió a Manuel Merino como presidente del poder Legislativo y, constitucionalmente, le tocaba asumir la presidencia del país. Pero sediciosos como son los caviares, echaron a andar su plan de contingencia orquestando sangrientas y mortales asonadas en Lima para obligar a renunciar a Merino. ¡Lo lograron! E ipso facto, colocaron al presumido Sagasti.

Este luego le abriría las puertas a la corrupción, dándole facilidades al golpista, ladrón Castillo para que nombrase a cualquier malandrín secretario general de palacio de gobierno y arranque el festín de podredumbre.

No sería pues extraño que el perfil de Sagasti esté detrás de esta maquinación inmunda de la secta caviar, decidida siempre a hacerse del poder por la puerta falsa. ¡Porque jamás tuvieron ni tendrán el respaldo de la ciudadanía! Más bien son acreedores de la absoluta repulsa popular. Porque, a cuadras de distancia, los caviares despiden su maloliente aroma a traición, engaño y desesperación por el poder, que les caracteriza de siempre.

Tampoco sería coherente, dentro de su artera conducta, que este miserable Vizcarra se encuentre entre aquellas cartas de juego que vienen moviendo los progres caviares, desesperados por generar un próximo vacío de poder.

El escenario que les hace salivar, porque su cualidad estriba en la maquinación, el engaño (al pueblo) y la puñalada por la espalda a quienes, hasta un instante previo a recibirla, eran sus candidatos predilectos para representarlos.

Vizcarra es sujeto de lo peor, acusado por corrupto, generador del mayor número de muertes a los peruanos (más de 200,000 ciudadanos) en dos años y ocho meses de gestión; sometiéndonos a su capricho de las pruebas rápidas; negándose a adquirir pruebas moleculares; asimismo con las camas UCI, los equipos para generar oxígeno, etc. Aunque él se hizo vacunar dos veces en secreto, y muchísimo antes que treinta millones de peruanos. Tipejos como él merecen el repudio eterno del Perú.

En medio del peor de los momentos en que se encuentra la patria, los caviares juegan con fuego. Pretenden incendiar a Boluarte para sustituirla por alguno de los suyos. ¡Estos pirómanos acabarán incendiando el país!

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