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Lo que ningún virus puede atacar

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Fecha Publicación: 19/03/2020 - 20:30
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Nos hemos convertido en una ciudad zombie. Este fin de semana lo comprobé. No somos una ciudad zombie porque tengamos que aislarnos para evitar el contagio, sino por la falta de razón que nos hemos empeñado en vociferar. No nos importa nada. Las calles parecen no verse afectadas por el incremento de infectados. Más allá de la aglomeración en los supermercados, los espacios se habían convertido en una lucha por conseguir lo poco que nos quedaba, y no me refiero necesariamente al respeto. El acapararlo todo era la consigna. Este fin de semana pude comprobar la ignorancia de quien se esperanza por tenerlo todo, aunque eso, de alguna manera, termine afectándolo también. Las calles, los mercados, los espacios públicos se agitaban, luchaban por una supervivencia absurda, como quien quiere arrancharle la vida al otro para tener lo que no le pertenece.

Pienso que nos debemos tanto como sociedad, pero aún no nos damos cuenta de eso. Las noticias han demostrado que la curva no nos favorece, los infectados aumentan y la gente, la mayoría de ellos, no toma conciencia. Por eso, el domingo en la noche se declaró el Estado de emergencia y supe que fue lo mejor. Sin embargo, en estos días de aislamiento, muchos han decidido hacer más allá de lo que se les permite. La gente no entiende. Los demás, los que aún no miden la situación, parecen ignorarlo todo, como si no comprendieran que esta lucha no es solo por ellos, sino por todos y para todos, y para permitirnos tener una esperanza de no terminar como China, Italia o España o incluso mucho peor. A veces trato de entenderlos, pero es complicado. Al parecer, hay algo que ningún virus puede atacar y por eso nos hemos vuelto inmunes a la sensibilidad humana. Eso nos va a matar.