Lecciones aprendidas
Una decisión, aunque tardía, necesaria. Quizás si se adoptaba en su momento, pudimos haber evitado la llegada de bandas criminales que terminaron por alterar nuestra convivencia social que no había conocido esos niveles de violencia y ferocidad instalados en suelo peruano, desde su llegada. Hablamos de esos grupos de venezolanos, si bien pequeños, pero violentos en el mundo delincuencial. Claro que son una minoría, la excepción, en relación a esa otra inmensa mayoría de familias venezolanas honradas y trabajadoras que se vieron forzadas a migrar a nuestro país, expulsados por la dramática situación de crisis y pobreza que instauró Nicolás Maduro en su país, bajo los parámetros de una férrea dictadura
Desde el dos de julio; es decir, dentro de dos días, los ciudadanos venezolanos que deseen venir al país deberán contar con un pasaporte ordinario y una visa peruana. Así lo ha establecido la Superintendencia Nacional de Migraciones a través de una resolución publicada esta semana en el boletín de Normas Legales del diario oficial El Peruano. La norma establece que los ciudadanos venezolanos que aspiren a permanecer en calidad migratoria temporal o si lo desean, en calidad migratoria residente, deberán contar con dichos documentos. La visa será otorgada por una oficina consular peruana. Y, adicionalmente, para quienes aspiren a una calidad migratoria residente, deberán contar además con una visa humanitaria vigente.
Todo ello permitirá, según como lo entienden las autoridades peruanas, reforzar el control migratorio y regular el ingreso de los ciudadanos de dicho país. En esto se cumple, lamentablemente, ese viejo refrán de “justos pagan por pecadores”, que apareció por primera vez en El Quijote de Miguel de Cervantes y Saavedra, para señalar que, muchas veces, pagan las consecuencias quienes no tienen la culpa o son injustamente sancionados. En adelante, los venezolanos que deseen venir al Perú deberán tomar sus previsiones para que todo camine en orden para tranquilidad de unos y otros y evitar que se filtren personas indeseables, proclives a la violencia y delincuencia. Según una data de la policía, a diciembre del año pasado, más de tres mil venezolanos se hallaban en distintos penales del país, investigados o en proceso de condena. Algunos de ellos cabecillas de organizaciones criminales internacionales.
Por otra parte, la tarde del miércoles de esta semana, fuimos sorprendidos por un extraño golpe militar fallido en el hermano país de Bolivia, liderado por el ex Comandante General del Ejército de Bolivia, Juan José Zuñiga Macías y Juan Arnez Salvador, ex Comandante General de la Armada Boliviana. Curiosamente, hace apenas unos meses, el general Zúñiga Macías se dirigía a los “antipatria” para que “no pierdan su tiempo golpeando los cuarteles militares” en busca de apoyos para derrocar al Gobierno. Más exactamente, en noviembre del año pasado, afirmaba que “el pueblo le dio al Ejército el mandato de que Luis Arce es el presidente y capitán general de las Fuerzas Armadas; y el Ejército va a dar fiel cumplimiento al mandato del pueblo, porque la voz del pueblo es la voz de Dios”.
¿Qué ocurrió? Es un misterio. Las investigaciones descorrerán, seguramente, el velo que cubrió el verdadero propósito de tan ingenia acción golpista, repudiada por el mundo democrático. A poco de ser aprehendido luego del fallido movimiento, el general Zúñiga ensayó esta inverosímil sugerencia de un autogolpe oficial del presidente boliviano, Luis Arce: “El día domingo me reuní con el Presidente y me dijo que la situación está muy jodida, que esta semana va a ser crítica y que era necesario preparar algo para levantar su popularidad. Yo le pregunté: ‘¿Sacamos los blindados?’ ‘Saca’”, le habría respondido.
El ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, informó que cerca de 12 militares implicados en el golpe fueron capturados. Precisó que estaban trabajando para desmantelar una “red antidemocrática” que intentó quebrar el orden constitucional. Por su parte, el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, aseguró que no solo se trata de militares: “Por las primeras informaciones que tenemos, también están involucrados militares del sector pasivo y aparentemente personal civil. Esto está en proceso de investigación y a medida que las investigaciones avancen se estará dando la información a toda la población”, aseguró. Sea como fuere, el movimiento militar insurrecto logró que el presidente constitucional, Luis Arce, recibiera el apoyo y solidaridad, no sólo del pueblo boliviano, sino de mandatarios y personalidades del mundo.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, señaló que “hay mucha inestabilidad política, pero, afortunadamente, respondió muy bien el Gobierno de Bolivia. Respondió muy bien el pueblo, la gente defendiendo la democracia, rechazando el golpe militar”. El presidente de España, Pedro Sánchez, dijo, en su red social, que mantuvo una conversación telefónica con su homólogo boliviano, Luis Arce, en la que le expresó el apoyo y la solidaridad con su gobierno y con el pueblo de Bolivia por mantener un “comportamiento ejemplar” en defensa del orden constitucional. A su vez, el ministro de Exteriores de Rusia, Seguéi Lavorv, reiteró la “enérgica condena” de Moscú al intento de golpe de Estado en Bolivia. Esta fue la reacción inicial sobre un hecho que no debe repetirse en nuestros países que buscan vivir en democracia.
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