Las rebajas de Julio
Causó revuelo entre los agentes económicos que el presidente del BCR, Julio Velarde, al presentar el Reporte de Inflación- Setiembre (15/9/23) rebajara de un plumazo de 60% el estimado de crecimiento económico para el 2023, bajando la meta de 2.2% a 0.9%, con similar soltura a la que mostró Juan Reynoso cuando señaló: “lo hace en su club”, al justificar el ingreso de Raúl Ruidíaz para “marcar el primer palo” en el gol de Brasil (aserto que fue velozmente desmentido por el entrenador del Seattle Sounders).
Con cuatro mandatos como presidente y más de 30 años como miembro del directorio del BCR (1990), premiado por la revista Global Finance como “el mejor banquero del mundo” (9/10/16), Velarde no puede darse el lujo de variar de un día para otro sus vaticinios. No puede decir un día que será menor de 1% cuando el día anterior señalaba que sería mayor a 2% (2.9% hasta el 14/3/23 y 2.6% hasta el 14/6/23), porque al bajar -en modo avión- por esta escalera, resta credibilidad a los pronósticos del “autónomo” instituto emisor, que no contribuyen a restaurar la confianza empresarial, factor clave para resucitar la inversión privada.
La excusa de que el titular del MEF también patina, no es muy relevante, porque ocupa un puesto político. Peor aún, el mismo viernes, como sintonizando con el enfriamiento del clima, el INEI reveló que en el mes de julio el PBI se había desplomado en -1.29%, confirmando la recesión que se niega, pero, de la que todos hablan. Y, si no fuera por un repunte de 3.25% en: “otros servicios” suerte de “cajón de sastre” que incluye servicios inmobiliarios y personales, apuestas y casinos, etc., nos veríamos en un nivel más bajo. Increíblemente, este misterioso sector representa más de la sexta parte de la torta de la producción nacional, por encima de la minería y apenas superado por la manufactura (industria) según nuestras cuentas nacionales, que más parecen las cuentas del Gran Capitán.
Los datos de julio son alarmantes. La producción de arroz cayó -22%, cebolla -14%, uva -19%, manzana -22%, ajo -25% etc. Así mismo, la industria se encuentra en cuidados intensivos: la elaboración de azúcar -16% y las confecciones -33%. Mientras que la dieta peruana revela límites de austeridad, sólo comparables con un evento bélico: producción de productos lácteos -32%, conservas -31%, aceites -15%, etc. En tanto que la Construcción, la estrella del ayer, se eclipsa -9% (8.8%): la venta de cemento ha caído en -6% y el avance de las obras -17% por la desaparición de proyectos inmobiliarios debido a la helada política monetaria que ha elevado la tasa de interés de referencia (TIR) a 7.75%, que esta semana, ante el descalabro, bajó un “cachito” (0.25%).
Por esta suerte de Era del Hielo del BCR, la banca también acompaña el duelo productivo con una caída de -10% (-9.6%). La colocación de créditos se ha ido al sótano: corporativos -13%, grandes empresas -18%, medianas -22%, pequeñas -5%, micros -20% y el crédito hipotecario -1.7%. No obstante, el consumo privado en el primer semestre es 0.3% (BCR). No alcanza para el pan, menos para las salchichas.
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