Las décimas de Carlos Saito
La décima es una estrofa creada por Vicente Espinel en el siglo de oro español. Ha tenido fortuna en el orbe hispano, quizá porque su verso de ocho sílabas se practica desde los albores del castellano. Su rima es fácil de aprender, primera con cuarta y quinta, segunda con tercera, sexta con sétima, octava con novena. En homenaje a su inventor, también se le llama espinela. Tal manera de versificar se usa en la poesía culta de Calderón de la Barca, Lope de Vega, García Lorca. Entre tantos otros. Como suele suceder, lo más refinado convive con lo popular, y la décima no es excepción. Se usa, especialmente en América para todo tipo de situaciones. En el Perú se practica en todo el territorio, y hay cientos de poetas que la utilizan, entre ellos Martín Adán y Nicomedes Santa Cruz. Durante siglos han sido mestizos los que la han utilizado. Entiéndase que blancos, andinos, y morenos, mezclados.
Ahora acaba de ocurrir algo insólito, un peruano de origen oriental, Carlos Saito Saito, connotado miembro de la colonia japonesa, ha publicado Alma nikkei, voz en décimas, un libro hermoso que muestra un conocimiento preciso de la tradición poética castellana y una profunda integración con la cultura del Japón en nuestro país, lo que le da un valor añadido a todo lo que escribe. Dice:
Un día viajé al Japón
Donde viví varios años,
Y pude ver, sin engaños,
Dentro de mi corazón,
Que pensaba, con razón,
Que debía ser peruano
Porque me sentó lejano
En gran parte de su gente,
De su conducta y su mente,
Que veía con desgano.
Cuando al Perú regresé,
Sentí que había dejado,
En un país alejado,
Lo bueno que yo encontré
Y nuevamente pensé
Si he de sentirme peruano,
Conociendo de antemano
Del Perú y Japón su gente,
Sentimiento ambivalente,
¿cuál será el más cercano?
En la presentación del libro, ocurrida hace dos semanas en la Asociación Peruano Japonesa, en el distrito de Jesús María, Lima, un entusiasta público, en su mayor parte de origen oriental vitoreó al poeta que sonreía satisfecho de haber logrado con la poesía convocar a esos paisanos peruanos con genes viajeros. No está de más recordar que la literatura japonesa tiene muchos lectores en el Perú: Soseki, Kawabata, Tanizaki, Mishima, Abe Kobo, Ozamu Dazai, están entre nuestros preferidos. Y el haiku, esa modalidad de poesía minimalista y su gran cultor Matsuo Basho, tienen muchos seguidores entre nosotros: Alberto Guillén, Blanca Varela, Arturo Corcuera, Inés Cook, José Beltrán, Ricardo Silva Santisteban, han escrito muchos, considerando propia esta forma japonesa.
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