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La televisión que ya cansó

Fecha Publicación: 02/02/2019 - 22:40
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Son harto conocidos los canales de televisión de la señal abierta que descollan por su sensacionalismo noticioso, por su amarillismo y la exacerbación del morbo con el burdo objetivo de ganar más dinero, a costa incluso de herir la susceptibilidad del televidente que ya empieza a rebelarse por encima de la manipulación a la que ha estado sometido por lo menos desde el año 1992.

Es lamentable que broadcasters, productores y presentadores de los programas noticiosos y faranduleros traigan por tierra el más mínimo criterio de respeto al televidente e incumplan mañosamente sus códigos de ética, claro está con el beneplácito de un gremio que debería dar más la talla frente al subdesarrollo nacional que experimentamos, y ese gremio no es otro que la Sociedad Nacional de Radio y Televisión.

Sin embargo, el escándalo Lava Jato y en particular el caso Odebrecht, cuya complejidad ha ido ‘in crescendo’ desde su destape en diciembre de 2015, terminaron por lograr que millones de televidentes abran los ojos al evidenciarse el porqué de la forma como les cuentan las noticias, cada vez con más sangre, truculencia y vulgaridad, y esto es solo con la finalidad de distraerlos, atemorizarlos y paralizarlos; máxime cuando algunos canales de TV, gracias a sus circuitos familiares y empresariales, estuvieron bien encaramados en negocios junto a la mismísima Odebrecht.

Por ejemplo, las recientes movilizaciones ciudadanas del 17/E (Miraflores) y del 29/E (Plaza San Martín), encabezadas por el congresista Roberto Vieira, frente a tanta hipocresía y perfidia, fueron silenciadas y criollamente ninguneadas por los prómpter, comprados seguramente con dinero de los socios peruanos de Odebrecht o de alguna otra constructora mafiosa. Pero esas marchan ha conseguido que más gente, sobre todo jóvenes, se sientan hartos de esa clase de televisión y opten por dejarla de consumir.

Hay más conciencia, pues, entre los televidentes ya que a paso seguro los “noticieros de la muerte” empiezan a cansar más, porque solo hacen lo mismo todos los días: apología de la violencia callejera, tanto por la mañana como por la noche, como si quisieran “drogar” al público con malsanos contenidos para distraerlo y hacerlo menos crítico de lo que verdaderamente ocurre en el país, a sabiendas incluso de atentar contra la salud mental de esa población. El periodismo no puede ocultar los hechos pero eso dista mucho de la manera como, por ejemplo, los noticieros de América Televisión hacen gala de una constante vulneración a la Ley de Radio y Televisión.

Por fortuna, una de las consecuencias del caso Odebrecht es que los ciudadanos se dan cuenta de que estamos ante una prensa parametrada y optan por buscar nuevas alternativas como consumidores de medios; y cada vez son más los televisores que se apagan para buscar otros contenidos, más diversos, interesantes y provechosos, incluso para encontrar noticieros más veraces e independientes, siendo los medios de comunicación digital y el periodismo virtual las salidas inteligentes frente a lo mismo que suele presentar la televisión abierta. El rumbo está trazado.

@RRomeroVISTO