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La otra Odisea

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Fecha Publicación: 17/04/2023 - 21:30
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No solo Campbell indagó en el viaje del héroe, también lo hizo Jung, tornándolo en arquetípico de las narraciones que se remontan a Gilgamesh. No son semidioses en la mitología, pero hay un rasgo, la valentía y la proeza. Cuando Hemingway refiere en 'El viejo y el mar' que “el hombre puede ser destruido, pero no derrotado”, nos obsequia otro rasgo del héroe: el carácter.

Carácter como Odiseo, pero también inteligencia, que le permiten pasar diez años en la guerra y diez más en el mar, enfrentado a la promesa de inmortalidad de Calipso, a Poseidón, a los lotófagos, a las tormentas, a los lestrigones, a los augurios de Tiresias, al dilema de Escila y Caribdis. Al final llega y esa es su hazaña, como les ocurre en la vida a quienes retan a los vientos antes que correrse de él. El perfil del coraje, sin embargo, también reside en la serenidad con que se toman las cosas y en la determinación de lograr la meta: Ítaca. Odiseo llega.

Ítaca es también el celebrado poema de Constantino Kavafis, inmortalizado por la generosidad de sus amigos que guardaron sus poemas tras su muerte. La valentía es una de las caras de La Odisea, la más inspiradora porque nos invita a ganarle al océano y a la distancia; pero el poeta de Alejandría lo toma como una senda que entre peligros la podemos también disfrutar. Inmerso en el mar, en el parapente, doblado en la quebrada o con el amigo apretando el acelerador en la carretera, el vértigo transforma en goce lo que nos es naturalmente mortal. Kavafis no es temerario, es un poeta que no ha retado ni ha sido herido y hablan en sus letras Epicuro y Aristipo. Lo ve todo desde el sosiego, el camino de Odiseo es la figuración de la vida y su tesoro.

Escribe: "Cuando emprendas tu viaje a Ítaca/ pide que el camino sea largo, / lleno de aventuras, lleno de experiencias. / No temas a los lestrigones ni a los cíclopes /ni al colérico Poseidón, /seres tales jamás hallarás en tu camino (…) Pide que el camino sea largo. / Que muchas sean las mañanas de verano/ en que llegues - ¡con qué placer y alegría! - /a puertos nunca vistos antes (…) / Ten siempre a Ítaca en tu mente. /Llegar allí es tu destino. / Mas no apresures nunca el viaje".

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