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La debilidad siempre conduce a la derrota

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Fecha Publicación: 05/11/2019 - 22:10
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Me queda clarísimo que Tía María no va a salir con este gobierno. La única respuesta que tienen Vizcarra y sus corifeos (ministros) es que con el diálogo y más diálogo se puede lograr el consenso social. El Gobierno se atreve a garantizar a los pobladores que el proyecto no afectará su agua y sus tierras pero de otro lado no se arriesga a jugársela por la inversión privada, navega en aguas tibias y, cuando los temas se complican, saca debajo de la manga algún otro implicado en casos de corrupción. En el Perú es facilísimo, donde se mire hay negociados y plata negra; hoy Vizcarra sobrevive gracias a la corrupción.

Se ha enviado una Comisión del OEFA para verificar in situ el cumplimiento riguroso de todas las obligaciones ambientales. ¿Qué ocurriría si se certifica un escrupuloso cumplimiento del EIA por parte de Southern? ¿Van a poder cambiar el equivocado grito de “Agro sí, mina no”? ¿Será posible dialogar con gente que se mantiene en pie de guerra desde hace más de cien días y que ni siquiera admite la coexistencia de los dos sectores? Es que naturalmente tiene que ser la línea base de cualquier negociación sobre este tema. ¡No hay consenso sobre lo mínimo! Las actividades agropecuarias del Valle del Tambo datan del siglo XVI y su historia es innegable pero no se pueden quedar congelados en el tiempo. La minería moderna recicla casi el 100% del agua y tiene un manejo impecable de los relaves y calidad de aire. La gente sataniza y opina en ignorancia, conservan la imagen de los mineros informales de La Rinconada o la contaminación de plomo en sangre de La Oroya, atribuibles a una pésima gestión del Estado empresario y a mercenarios de la minería como Ira Rennert. Condenan despiadadamente sin información. Ni siquiera se toman la molestia de prestar atención a los innumerables avisos, comunicados y publicidad televisiva sobre las bondades del proyecto, que Southern se ha esmerado en difundir con mucha prolijidad. En mi opinión es tirar el dinero, pero me imagino que detrás de ello hay varios responsables que tienen que justificar su puesto.

La Licencia Social en el Perú no tiene reglas, depende de la discrecionalidad de los funcionarios públicos, de la capacidad de resistencia de las Comunidades y de la lealtad de sus dirigentes. Además, puede ser efímera, al primer tropiezo, las supuestas víctimas no tienen ningún empacho en cuestionarla y, si estamos ante un gobierno débil como el actual, toman la calle con violencia, sin la menor represalia.

¿Cuánto tiempo le durará a Vizcarra el argumento falaz de solo recurrir al diálogo, a la moderación para no incrementar tensiones, cuando del otro lado esas conductas le son ajenas?. El 30 de septiembre se le cayó la careta al dictador. Así, el respeto a la inversión privada, la predictibilidad y la seguridad jurídica se han convertido en una retórica bien calculada y nada más.