La bioética animal

Para la Comisión de Bioética, es la rama de la ética que realiza los planteamientos normativos y de políticas públicas para regular y resolver conflictos sociales, tales como la investigación médica y el comportamiento humano frente al trato que ofrece a los animales, propiciando la vulneración de los derechos de estos cuando se habla de actos de crueldad animal, abandono físico y emocional. Asimismo, aborda la conducta de los profesionales de la salud –médicos veterinarios– respecto de su comportamiento, vocación y, sobre todo, teniendo en cuenta los cuatro principios de la bioética, los cuales son: no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia.
En los citados principios, esta disciplina estudia las ciencias biológicas para mejorar la calidad de los seres sintientes, tanto humanos como no humanos, fomentando su evolución y enfocándose no solo en saber qué es lo que hay que hacer, sino cuándo se debe hacer. De esta forma, se le otorga la importancia debida al bienestar animal frente a sus necesidades, procurando su cuidado y evitando su sufrimiento.
Estas directrices éticas parten de la premisa de que la experimentación con animales está justificada por los importantes beneficios potenciales para la salud pública. Se busca que en dicha experimentación no haya sufrimiento animal y que se obtengan beneficios para generar un conjunto de normas legales y administrativas que impongan el cumplimiento de determinadas exigencias en todo lo que concierne a los deberes de tenencia responsable, custodia animal, buen trato, adecuada crianza y buena alimentación.
En otras palabras, la ética también puede ser definida como la moral, la teoría racional de cómo actuar en sociedad. La moral es la forma en que actuamos, pensamos, nos comportamos y nuestros hábitos. La ética tiene que ver, en buena cuenta, más con la teoría, y la moral, con la práctica.

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