Homenaje a Paco
Hace más de veinticinco años escribimos el mismo titular para destacar el mayor reconocimiento internacional otorgado en vida a Francisco Miró Quesada Cantuarias (1918-2019), tío abuelo y Paco entrañable. Lo hicimos aprovechando que se encontraba en el extranjero y no al frente de la dirección del Suplemento Dominical que fundó, pues de lo contrario, hubiese impedido el elogio. Dijimos entonces: “Nuestro querido Paco acaba de ser elegido en la capital moscovita –valga mencionar, por abrumadora mayoría–, Presidente de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía. (…) Paco Miró Quesada, se convierte desde la fría y atribulada Rusia, en el Primer pensador hispanoamericano en presidir la comunidad filosófica mundial”.
Por cosas de la vida, sea por la diferencia generacional o por las circunstancias orteguianas, recién pudimos conocerlo en toda su dimensión empezando la década de 1980. Antes, como estudiante secundario, supimos de su sabiduría aprendiendo a razonar y haciendo silogismos gracias a su libro “Lógica” convertido en magistral texto escolar y, después, compartimos con él alguna reunión la víspera de la restitución a sus legítimos propietarios de los diarios confiscados por la última dictadura militar.
Lo que siguió fueron cuatro lustros intensos y llenos de vicisitudes personales y periodísticas que tuve el honor de vivirlos y compartirlos cercanamente a Paco y bajo el rico influjo de su enseñanza enciclopédica. Luego se abrieron otros caminos pero esas sendas nunca nos alejaron ni de su querida familia.
El legado intelectual, cultural y moral de Paco es inconmensurable. Humanista a carta cabal, consagró su vida a la búsqueda racional de la verdad sin por ello descuidar su preocupación por la política y la realidad nacional. Resulta irónico que en momentos en que el país necesita especialmente la lucidez y el valor ético de sus grandes hombres, uno de ellos justo acaba de dejarnos. ¡Amén!
