ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

¡Hasta pronto, Dharma!

Imagen
Fecha Publicación: 26/01/2022 - 21:30
Escucha esta nota

Tú has estado ahí todos los días durante 17 años. Me despertaba y me iba a la cama sabiendo que estabas ahí y que estarías allí al despertar. Nunca dejaste de saludarme con tu cola llena de emoción y con una adorable sonrisa cuando llegaba a casa. Hicimos el vínculo de madre e hija, pues la consanguineidad no era un obstáculo para nosotras, y no solo eso, sino que también eras mi mejor amiga, y siempre traté de ser una madre capaz de ejercer una tenencia responsable junto con tu papito César. Un día de los más lindos que recuerdo fue cuando tuviste tu hijita.

Lograste ser madre; no tuviste una camada como la gran mayoría de canes. Tú eras tan especial junto con tu compañero Dylan que ambos nos hicieron abuelos de la hermosa Rafaela, una schnauzer bella y amorosa como sus padres.

A la fecha, Rafa tiene 11 años y es como tener un pedacito de ti y sentir tu presencia, pues en mi corazón sigues con vida, tu alma, tu lealtad y tu amor sigue intactos en mí y en tu papito. Sin embargo, al ir creciendo, yo era capaz de hacer más cosas que tú. Yo era capaz aún de correr, de realizar mis actividades de trabajo, u otra gestión que implique esfuerzo físico, sin embargo, tú ya no podías saltar tan alto como antes, no podías correr tan rápido o no podías nadar como te hubiera gustado. Aun cuando ya no eras capaz de algunas cosas, aún eras la Dharma más feliz del mundo.

Llegó ese día, ese terrible día. El día en que tomaste tu último aliento, ese día que tuve que llevarte al veterinario. Ese día que tuve que llevar a mi hija Dharma a Chaclacayo para que se vaya acompañada, pues allí vive toda nuestra familia. Tan triste fue ese momento, aún lo estoy, pero estoy en paz. Estoy en paz porque sé que estás en mejor lugar. Sé que tan pronto como diste tu último aliento, Dios se llevó tu alma bella e inocente al cielo.

Sé que ya te ganaste tus pequeñas alas peludas, que te las mereces, estoy orgullosa de ser capaz de amar a un ángel tan sorprendente como tú.

Estoy aquí en la Tierra y no sé cómo te las estás pasando en el cielo, pero confío que realmente lo estés disfrutando. Espero que corras por hermosos prados y cielos perfectamente azules. Espero que todo el dolor y que el sufrimiento haya desaparecido, que hayas recuperado la juventud que siempre quise que conservarás. Ya no estamos juntos físicamente pero siempre permanecerás en mi corazón y en mi alma. Fuiste una bendición enviada desde el cielo, y ahora, Dios te necesita de nuevo.

Gracias por enseñarme cosas importantes, lecciones de vida que voy a llevar conmigo en todo momento, hasta que nos encontremos de nuevo. Hasta pronto, hija. ¡Tu mamá, CARLA!

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.