¿Habrá sorpresa?

El Gabinete Torres recibió la confianza del Congreso poco menos que raspando y para mayor vergüenza del partido de la lampa y de su Comité Político que recomendó votar en contra de la misma el 80 % de los miembros de su bancada se zurró en ello y votó con el oficialismo. En otras tiendas dizque democráticas también hubo sus fugas y es que con la grave crisis institucional que se vive el parlamentario ya ni siquiera tiene que alegar que no está sujeto a mandato imperativo para hacer lo que le venga en gana y defraudar al electorado.

En estos momentos, vuelve a tocar en la Casa del Legislativo la admisión a trámite de la moción de vacancia por permanente incapacidad moral contra el que funge de Primer Mandatario y, para variar, al pergeñar estas líneas sobrevuela la duda sobre su prioridad en la agenda. El caso es que el jefe del Gabinete ha oficiado a la titular del Parlamento comunicando que Castillo dirigirá un mensaje al Congreso –y, obviamente, desde allí a la nación-, el mismo que ha sido aprobado por el Consejo de Ministros.

Torres, haciéndose el interesante, añadió que el discurso público traerá “probablemente (…) alguna sorpresa” lo que aumenta la suspicacia ciudadana. Como en política no hay coincidencias, resulta obvio a dónde apunta la oportunista jugada del Ejecutivo reincidente en maniobras evasivas antidemocráticas y corruptas.

Conforme al artículo 118 de la Constitución el jefe de Estado puede dirigir el mensaje de marras en cualquier época, así que no se discute la atribución presidencial. Lo que corresponde es que el Poder Legislativo determine el día y la hora y a escucharlo así no se le crea visto lo visto. Dicho esto, lo que sí sería inaceptable para la ciudadanía dada la crítica coyuntura, es que la representación nacional ante la sospechosa “movida” palaciega decida a través de la maleable Junta de Portavoces postergar el trámite de la moción de vacancia y escuchar primero la alocución gubernamental para luego ver qué pasa. Una cosa nada tiene que ver con la otra y dicha moción está debidamente agendada, fundamentada y tiene preferencia. Salvo, claro, que Castillo se presente y anuncie su indefectible renuncia al cargo. Cosas veredes Sancho.

¡AMÉN!

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