Fake news
Resulta que no solo la que usó el calificativo de pobres tiene un pésimo equipo de investigación; la del otro canal, quien la critica porque, según dice, no es periodista como ella, también tiene el mismo problema. Y resulta que los otros también sufren esas carencias. Sí, todos los demás canales que difundieron la noticia de Jorge Cuyubamba como la promesa científica que estaba trabajando junto a un equipo de médicos chinos en la vacuna universal contra todos los coronavirus.
El problema, en principio, no solo radica en que lo hayan entrevistado y le hayan dado pantalla a quien desconocían. El problema mayor está en no haber respetado la máxima del periodismo. Es decir, no haber puesto en práctica lo que les enseñan a los estudiantes de primeros ciclos de Ciencias de la comunicación en cualquier universidad: toda información tiene que ser corroborada.
En épocas digitales como la nuestra, las fake news son frecuentes, y eso no es un secreto. El detalle es que el falso científico siguió el juego y los periodistas (si cabe el término, por cierto), comenzaron a difundir una noticia que, finalmente, los ciudadanos querían escuchar. Sin embargo, ningún equipo de investigación se tomó la molestia de verificar si eso era cierto, situación que en estos tiempos es fácil de demostrar gracias a internet o verificando los registros pertinentes en bases de datos o, por último, en repositorios relacionados a ciencia.
En fin, en el peor de los casos, se pudiera haber hecho lo más simple: googlear. Eso es lo primero que se le pide, incluso, a cualquier estudiante universitario de primer ciclo de cualquier carrera en cualquier universidad. Este hecho, esta mentira, solo devela los criterios de los que carece gran parte del periodismo peruano, sobre todo en cuanto al ámbito de la investigación. Aún hay mucho por aprender, o como escribiera Vallejo: “Hay, hermanos, muchísimo que hacer”.