Espergesia, cinco años después

Se han cumplido cinco años desde que escribí por primera vez mi primera columna en este diario. Ha pasado tiempo desde aquella primera publicación que significó un espacio para la cultura, para la crítica, para la reflexión. Entonces era el inicio. Había que pensar, quizás, en un autor representativo o en alguien que signifique mucho para nosotros y con el que podamos identificarnos. Partiendo de esa idea, Vallejo era el autor que encajaba en todo, ya que significaba un hito en nuestra poesía y en nuestra sociedad, y que se mantiene vigente hasta hoy.

Así nació la idea de elegir la columna que iniciara el camino, cada viernes, sobre un tema cultural diferente, y hacer una especie de homenaje a los versos vallejianos; sin embargo, elegir solo un poema sería una tarea mucho más difícil. No era fácil decidir solo por uno que representara lo que busca un rincón de opinión y cultura. Era el estadio inaugural y, por ello, tendría que tomar elección por uno que represente una “génesis”, una especie de inicio recurrente, en este caso, cada viernes. Por ello, el elegido fue un poema que aparece en Los heraldos negros (1919) y que significó una forma imponente de entender el modernismo, del que Vallejo formó parte en sus inicios:

“Espergesia vendría a ser la constante reiteración del nacer y del vivir, esa forma de volver a ser y existir siempre de una manera distinta a partir de lo anterior: una cadena, una secuencia, un camino diferente, pero continuo. A partir de ello, se entiende que el volver a nacer es también una manera de proponer una esperanza. De cualquier forma, solo es una aproximación, pues la fuerza de la palabra va mucho más allá que las especulaciones. Espergesia –poema que, precisamente por ello, le da título a esta columna– es una muestra más que el lenguaje vivió siempre en él, como ese monstruo que dormita y abre las fauces para devorar todo alrededor”.

Vallejo, aquel poeta que transitó entre el modernismo y el vanguardismo, aquel que se apropió del lenguaje y creó nuevas formas de hacer poesía, vive en estas páginas cada vez que iniciamos una nueva columna. En cada palabra, en cada idea, en cada reflexión estuvo presente durante cinco años. Sin embargo, su poesía es mucho más que la dualidad espacio-tiempo, pues la trasciende. Solo quienes han leído con convicción a Vallejo entenderán que la idea del “re-nacer” va mucho más allá de todo eso. Y, así será siempre, sucesivamente.

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