Escaños y mercaderes

Existen parlamentarios principistas, pragmáticos, disciplinados y esos… a los que solo les sirve el poder. El oficialismo a medias. Cito, como ellos, a medias, a González Prada en Horas de Lucha.

Interprete quien quiere si es para algunos con arte de “birlibirloque con curul”. Corto a la medida, con el perdón del orador lapidario del Politeama, porque hay parlamentarios y “parlamentarios”: Unos “hicieron un papel tan degradante y servil, que muchos (…) merecieron figurar en la servidumbre de Palacio”. La historia no cambia, muta un poco: “legisladores (que) suelen amanecer oposicionistas y anochecer ministeriales. Hasta en las minorías de apariencia más homogénea conviene señalar a los hombres-convicción, a los que sostienen una idea, para distinguirles de los hombres-polea, de los que chirrían por no estar lubricados con el aceite de la caja fiscal”.

Allá esos pocos que siempre hay. “Los oposicionistas de buena fe (…) acaban por enmudecer, convenciéndose de que no se argumenta con masas de ventrales, como no se pega testaradas a un muro de calicanto ni se da puñetazos a un zurrón de sebo”. Masas ventrales que en la materia negra del espeso seso asumen que todo corrupto sirve más dentro del poder que fuera de él. “(Alguna) masa congresal procede con los presidentes como el rucio con Sancho: hace que entiende, agacha las orejas y trota”.

xcusen la edición, que cortar textos precisa más que desenrollarlos: “Ellos hacen el papel de amenes o turiferarios del Gobierno (…) tanto por los emolumentos y las propinas, como por los favores y canonjías que merodean para sus ahijados, sus electores y sus parientes”. Llamémosles por el momento que vivimos “tibios o intermedios”. Quien avala la corrupción no merece la pila bautismal, acaso la pila a secas; son siempre el voto faltante para salvar a la patria de la descomposición, el que pierde la retina frente a la gavilla asaltante, el que no denuesta y cobra, el que pronuncia “gobernabilidad” con Pol Pot a la puerta.

En el Perú hay oficialistas, pero en el reino informal hay oficialistas que no lo son, pero “cuando transcurran los tiempos, cuando nuevas generaciones divisen las cosas desde su verdadero punto de mira, las gentes se admirarán de ver cómo pudo existir nación tan desdichada para servir de juguete a bufones y criminales tan pequeños”.

Decía González Prada, solo lo cito porque de cultura política tratan estas líneas, alegoría o ficción. Allá quien lo tome para sí.

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