En el Perú siempre alguien pone y saca presidentes

El emperador le bajó el dedo a Dina desde hace mucho tiempo y ella, con su torpeza, solo contribuye con esa tarea. Adrianzén es una absoluta decepción, carece de todo manejo político y control sobre su altamente incompetente gabinete, donde hay evidentes bandos y luchas de poder y un soberbio MEF que se atreve a retar al BCR, entidad de impecable trayectoria. Boluarte no es consciente de su fragilidad, su 5% de penosa aprobación habla por sí sola. A pesar de ello, ha tenido el desatino de interponer una demanda competencial ante el TC, para evitar que el Ministerio Público y el Poder Judicial puedan investigarla. Todas sus promesas de transparencia y colaboración quedaron en un muy conveniente olvido. Necesita su memento mori y que le recuerden que su “condición divina” puede perderla en cualquier momento. Cuanto mas alto se sube, más grande es la caída. Si fuera ella, no confiaría tanto en sus pactos congresales, la degradación ética de los parlamentarios ya no les permite distinguir entre los actos de traición.
El ex ministro de Justicia Daniel Figallo le advirtió a Vilcatoma en el 2014: “tú no sabes quién es Odebrecht, pone y saca presidentes, cuidado no despiertes a los leones”. Hoy esa capacidad se mantiene en manos de una poderosa ONG, cuyo mayor activo es el acceso a información reservada que hace temblar a sus enemigos. El IDL se ha convertido en un Leviatán, nadie se atreve a tocarlo, tiene toda una red de timoratos cortesanos que le allanan el camino y se subyugan ante sus oscuros dominios. ¿Por qué lo permitimos? Sí fuéramos un país ordenado y respetuoso de las instituciones, seríamos impenetrables. Como bien dice Carmen Mc Evoy, el Perú ya no puede ocultar que es un simulacro de república. En efecto, han pasado más de 200 años y seguimos luchando por independizarnos de nuestra propia ineptitud. Somos Vidaurre contra Vidaurre y no nos engañemos, no hay un soporte ideológico real ni coherente, simplemente polarizar a la ciudadanía y reinar en el caos y la corrupción.
La economía va dando de tumbos y la minería sigue muy complicada con la eterna permisología. Es impresionante como el tema recurrente de la entrevista a Juan Luis Kruger, CEO de Minsur (Gestión, 27/05/2024) sea las demoras y trabas para realizar operaciones de exploración, reponer recursos y extender la vida de sus operaciones. Algo absolutamente básico. La demora de 4 o 5 años es inaceptable. ¿Realmente el MINEM piensa que van a colocar esa gigantesca cartera de US$ 60,000 millones? Que siga soñando, más aun cuando no hay forma de parar la salida de capitales que buscan plazas con mejor manejo del riesgo. No tan grave como en el 2021 pero los flujos al exterior no paran.
Además, hay tres entidades que juegan en contra de la inversión y que representan al Estado/enemigo, al Estado/acosador. La primera, Sunat que ha anunciado una reestructuración para ampliar la base tributaria e incluir a los grandes informales, empero todos sabemos que al final, se limitarán a seguir mandando cartas inductivas a los contribuyentes cumplidos para exprimirles el centavo, cuando existen miles de empresas que venden facturas –las llamadas facturas de favor– o personas que tienen un incremento patrimonial no justificado. Ese debería ser el objetivo, pero no se atreven, le tienen miedo a las mafias y a las represalias. La dimensión del problema los desborda porque no es una simple evasión sino está muy ligado las actividades ilegales y delincuencia.
Los Registros Públicos han perdido toda capacidad para impedir las estafas inmobiliarias, básicamente por la suplantación de identidad y falsificación de documentos, sin perjuicio del tráfico de terrenos. Actualmente, hay cerca de 2,000 denuncias en trámite. Finalmente, la Sunafil con su cuestionada discrecionalidad y sus exorbitantes multas. ¡Es desgastante! ¿Cómo se lucha contra tantos enemigos?

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