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El Perú no solo se cae, se desploma

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Fecha Publicación: 25/02/2025 - 22:50
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Mi padre amaba tanto al Perú que siempre me recordaba de que para él, el exilio sería insoportable, sin embargo, ese país que le fue entrañable y al que le dedicó tantos años de su vida como político y jurista, ya no existe. ¡Qué capacidad para destruirlo! El desarraigo forzado es un terrible castigo desde la época de los romanos, pero hoy, gracias a la absoluta degradación y nefastos gobiernos, se ha vuelto una opción de sobrevivencia. Hay cerca de 4M de peruanos viviendo en el extranjero, cifra que se ha incrementado desde el gobierno de Castillo. Las deportaciones de Trump apenas moverán la aguja.
Penosamente, hay fuga de talentos, el 70% de los sectores empresariales más importantes del país tienen dificultad para encontrar personal especializado. Muchos profesionales de alto nivel han emigrado buscando mejores condiciones de vida para la familia. El costo emocional es alto, pero compensa con creces tener tranquilidad y vivir en un Estado de bienestar.
Mi padre se refería a la experiencia física del destierro, pero hoy el grave problema es que muchísimos peruanos nos sentimos extraños en nuestro país. Estamos internamente exiliados, creamos una distancia de todo aquello que no conocemos. Sentimos miedo, pero ya no solo por la inseguridad reflejada por la altísima criminalidad de la calle que se ha multiplicado por seis desde el 2019, sino por un nuevo factor: la inseguridad de la infraestructura, aún aquella de la empresa privada. INACEPTABLE lo ocurrido con el puente de Chancay, el puente Santa Clara en Chosica o el puente Ernesto Gunther en Arequipa, pero más imperdonable aún, la tragedia del Real Plaza de Trujillo. Me cuesta creer que se trata de deficiencias en el diseño, tenemos muy buenos estructuralistas e ingenieros, más me inclino a pensar que todos los engranajes del Perú están aceitados con coima. ¿Quién supervisó la obra? ¿Se utilizaron los materiales recomendados? Se requiere una investigación exhaustiva y que la sanción sea ejemplarizadora.
Nuevamente malas noticias en el sector minero: Newmont posterga su inversión en el proyecto de oro y cobre Yanacocha Sulfuros, a pesar de que los precios están volando. Recientemente Goldman Sachs predijo que podría llegar a los US$3,100 la onza de oro en un futuro cercano y la demanda de cobre solo crece porque es el insumo más importante para la reconversión energética mundial. El escenario teórico es inmejorable pero los costos asociados a la abundante permisología, a la timorata burocracia y a todos los obstáculos que hay que sortear son una prueba de paciencia digna de estoicos, un masoquismo administrativo que hace que la minería formal se abstenga de invertir y busque plazas más rentables. Los grandes ganadores son los mineros ilegales que viven absolutamente al margen de toda ley en un país que los deja “trabajar”.
Lo peor no es la inmensa cantidad de actividades ilícitas que se derivan de estas organizaciones criminales, sino el uso de niños de entre 5 y 10 años como escudos humanos para evita las actividades de interdicción de la PN y las FFAA. Es una podredumbre inagotable y su mejor aliado es la debilidad del gobierno. No hacen nada y lo poco que hacen no funciona.
Parecía que Tía María sería una realidad. Southern anunció que la construcción del proyecto se iniciaría este año, pero los problemas sociales no acaban y si desaparecen, se inventan nuevos. Hace pocos días los dirigentes de Cocachacra convocaron a un paro indefinido con el apoyo del congresista Jaime Quito. Pienso que todos pueden ser persuadidos a cambiar de opinión o dejar de lado las “armas” si se les ofrece una compensación suficiente. En otras palabras, el supuesto daño ambiental, excusa que usaran siempre, tiene un precio. Páguenlo y terminen esta letanía que se arrastra desde el 2009.

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