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El Ordoliberalismo de nuestra Constitución

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Fecha Publicación: 01/04/2024 - 22:10
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En esencia, la Escuela de Friburgo fue la impulsora del ordoliberalismo, una perspectiva peculiar del liberalismo clásico, pues complementa la búsqueda de libertad con el reconocimiento de la dignidad humana. Su primer promotor fue Walter Eucken, para quien resultan fundamentales dos ideas: el orden social y la libre economía son indesligables, y el tener un Estado que no intervenga, pero que regule para preservar la libre competencia. Wilheim Röpke, de la Escuela de Viena, es también considerado uno de los principales difusores de la visión ordoliberal, destacando por su defensa de la libertad económica como instrumento para preservar la dignidad humana, al tiempo que criticaba tenazmente tanto al estado de bienestar propuesto por la socialdemocracia como al socialismo. Alfred Müller-Armack tiene un enfoque más social, despliega sus ideas en torno al desarrollo colectivo de los ciudadanos con políticas racionales, siempre sustentadas en el sentido común y no en la moda ideológica; él fue quien creó el término Economía Social de Mercado como un concepto abierto.

Con Alemania completamente destruida por la guerra, el genial ordo Ludwig Erhard, es designado responsable de la reconstrucción de la economía, en el gabinete de Konrad Adenauer. Ambos son socialcristianos, creyentes en la necesidad de establecer un modelo de sociedad basado en la dignidad humana y en la protección de sus libertades, mediante la limitación de la esfera estatal al mínimo indispensable. Erhard en 1948 logró aprobar tres leyes importantes: la que eliminó el control de precios que aumentaba la carestía y frenaba la creatividad de la oferta; la que prohibió el déficit público estableciendo límites a la política monetaria del banco central; y la que eliminó el sistema de racionamiento.

Como se sabe, en 1948 la producción creció en 45% respecto del año anterior, y en el período de 1949-1953 el producto real per cápita aumentó en una tasa anual de 8% superando incluso el rápido crecimiento de la población. El Milagro Alemán tiene entonces un sustento ordoliberal, con políticas sociales inspiradas en la doctrina socialcristiana, lo que dio lugar a la formación de un modelo político que trasciende el ámbito económico, pues así como supone la intervención del estado solo en vía del principio de subsidiaridad para respetar la iniciativa y emprendimiento de los particulares, expresión de su libertad y dignidad como personas humanas, también comprende el empleo de la racionalidad, la proporcionalidad, y la evidencia empírica, como instrumentos para la búsqueda del Bien Común. Esa es, precisamente, la base teórica de la Constitución Económica peruana, que el Partido Popular Cristiano defendió tanto en la Asamblea Constituyente de 1978 como en el CCD de 1993; sustento doctrinario que debe inspirar una sociedad de emprendedores.

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