El lamento es de cobardes. Hay que buscar soluciones para el país
Los problemas del Perú han sido diagnosticados reiteradamente, por años, lo que toca es encontrar las soluciones e implementarlas. Indispensable tener un gobierno íntegro y competente. Si la cabeza está podrida, el cuerpo también entra en descomposición. Castillo ha demostrado ser absolutamente corrupto e inmoral, desconoce sus obligaciones como primer funcionario del país, obstruye la administración de justicia, interfiere en la independencia de poderes, promueve normas con nombre propio.
Hay quienes sostienen que con un Gabinete de alta calidad y, actuando en sintonía con el Congreso, podría revertirse esta situación. En la práctica, están comparándolo con Toledo que, dentro de sus miles de defectos y corruptelas, tuvo la virtud de rodearse de gente preparada y de alto nivel técnico. Hay un abismo entre ambos. Además, Castillo es incapaz de convocar a buenos cuadros, y sus berrinches personales –porque es un perfecto desubicado– son incontrolables. Tiene un extenso espacio para mejorar, pero no reúne ni las condiciones, ni la capacidad, ni el equipo. No nos aferremos a imposibles en aras de la supuesta gobernabilidad; la única manera de que el país vea alguna luz al final del túnel es que Castillo sea vacado, o suspendido e inhabilitado para el ejercicio del cargo.
ello, el Congreso tiene completa responsabilidad que no puede ni debe rehuir. Basta de “picos de oro” que se lucen para la tribuna, es indispensable que aquellos que se rasgan las vestiduras en aras de la democracia, tengan el valor de llevar sus palabras a la práctica, así les cueste el puesto. No es broma, nos estamos jugando los destinos del país y ellos son los llamados a liderar el salvataje.
Si logramos vencer en el terreno constitucional y se convoca a nuevas elecciones, las fuerzas democráticas tienen que aglutinarse en un solo frente, una suerte de FREDEMO de los 90. La división es un pecado. Las “divas” políticas tienen que sacrificar sus apetitos y sumar esfuerzos; es la ÚNICA alternativa y deberían hacerlo desde ya.
Un asunto prioritario es la reorganización del Estado. Tenemos un aparato estatal sobredimensionado y absolutamente ineficiente. Castillo criticó el amiguismo durante su campaña, pero hoy él y sus ministros son grandes cultores de esta mala práctica. Se han llenado de personal de confianza, obviando verificar que se cumpla con los méritos para el cargo, de acuerdo con lo recomendado por SERVIR. Francke nunca explicó el destino de los US$4,000M en bonos soberanos que seguramente fueron despilfarrados en innecesario gasto corriente, pero se dio el lujo de amenazar que sin mayores impuestos no habría dinero para infraestructura, educación y salud. Tan caradura como cuando pretendió confundir el delito de sus hijos con un simple error, pero nada ni nadie parecería moverlo del MEF.
Otro hito importante es retomar la academia, en la que tiene que participar, esencialmente, la sociedad civil. En las universidades el mérito ha sido absolutamente postergado. El debate y la crítica están premeditadamente ausentes. Priman las argollas y el clientelismo. La Universidad Católica le ha dado la espalda a su lema: “Et lux in tenebris lucet”, hoy se encuentra sumida en el más absoluto oscurantismo del pensamiento único y la intolerancia. La cuestionada “Generación del Bicentenario” es la prueba más evidente del fracaso educativo del país.
En el Perú hay mucho por cambiar para enmendar el rumbo, pero la primera y urgentísima condición es librarnos de este nefasto gobierno.
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