El héroe Mariano Pastor Sevilla

Estudié los últimos tres años de la secundaria en el colegio 'Julio César Escobar', de San Juan de Miraflores. Al indagar por el nombre del colegio me enteré de que era en memoria del niño héroe que ofrendó su vida por ser un vigía que informaba sobre el movimiento del ejército invasor. Ahí sentí que había sido bendecido con el hecho de recorrer campos donde nuestros soldados hicieron todo lo posible para evitar la toma de la capital por el ejército invasor. Felizmente, mis profesores de historia tuvieron la grandeza de poner las cartas sobre la mesa respecto de la nefasta guerra con Chile.

Es así que llega a mí el nombre de otro héroe nacional: Mariano Pastor Sevilla, quien hizo una prometedora carrera literaria perfeccionándola en Europa y Estados Unidos. Descendiente de un corregidor español y de una acomodada familia, cuya riqueza destinó, como para no creerlo, a sostener los gastos de la guerra contra Chile. Pero lo que más resalta en su vida y memoria es que fue uno de los actores centrales en las batallas de San Juan y Miraflores. Asumió la primera jefatura de uno de los batallones de la Reserva donde desplegó todo su talento como estratega de inteligencia. Es así que se desplaza al escenario de guerra, al mando del batallón Ayacucho, donde, a pesar de haber dado todo de sí, es acribillado por el ejército invasor.

En su honor, las autoridades y la comunidad del sur de Lima tuvieron a bien reconocer su entrega y perennizarla dando nombre a una avenida que es transversal a varios distritos: la avenida Mariano Pastor Sevilla. Sin embargo, en estos días, las "autoridades municipales" de San Juan de Miraflores han tirado al tacho la honra y la historia y han decidido cambiar el nombre de la avenida por el de Luis Castañeda Lossio, un personaje con serios cuestionamientos éticos.

Tal cual como ha sucedido y sucede en toda la historia de nuestro país, cada vez que se trata de nuestros héroes, aparecen pisoteando su memoria los mismos traidores de siempre que conspiran contra la historia y contra la propia patria, para congraciarse con un minuto de fama y por un efímero aplauso. Esperamos que esta oscura asonada sea reconsiderada, de no ser así, las avenidas, jirones y calles de San Juan de Miraflores pronto serán cambiados y llevarán los nombres de lo más selecto del hampa y de la corrupción.

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