El estigma del Pitbull
Los Pitbull, a pesar de ser una raza etiquetada como ¨potencialmente peligrosa” poseen una comprobada fidelidad que es una característica que no todos conocen, se adaptan muy rápido a sus familias, son perros bastante poderosos y protectores y pueden ser el compañero perfecto en las manos adecuadas. Por su musculatura, fuerza y energía son mascotas que necesitan mucho ejercicio físico por lo que necesitan amplios horarios para correr –de 30 a 40 minutos al día- es ideal para su salud física y emocional.
Sin embargo, su musculatura y peso que oscila entre los 15 y 28 kg genera que estos seres vivos en manos inidóneas sean usados para delinquir o para las apuestas mediante peleas de perros. Es así que debemos entender que no existe animal agresivo, que todos los animales humanos y no humanos estamos en la misma situación de poder reaccionar de forma negativa frente a un estímulo doloroso o de peligro, quizás como defensa o una crianza bajo el imperio de violencia que cambia nuestro proceder y altera nuestras endorfinas.
Socializar a estos canes desde cachorros será lo que marque la diferencia entre un perro adulto agresivo y uno tranquilo sumiso, el pitbull necesita un líder dominante, ya que, de no ser así, el animal será quien tienda a dirigir todo cuanto lo rodee dando como resultado un desequilibrio mental y reaccionando agresivamente hasta haber demostrado su superioridad.
No son perros que reaccionen bien al encierro o al maltrato, esto los hace proclives a enfrentarse a situaciones que son totalmente inentendibles. Autoridad y amor son la columna vertebral del tipo de crianza de un animal sin importar la raza. Preocuparnos por su estabilidad emocional es nuestra obligación y ante el incumplimiento de ella podríamos ser sancionados mediante ordenanza municipal de acuerdo al distrito donde se presenten los hechos materia de investigación.
En nuestro país el incremento coyuntural en ataques de estos perros se ha elevado hasta el punto que crea un miedo innato en las personas, ya no logran salir a un parque o cualquier área publica sin evitar sentir temor de ser atacados. Esta situación llevó al legislativo a crear un proyecto de ley-SOCAP- para prevenir accidentes originados por la raza potencialmente peligrosa, sin embargo, la ley no suple la educación y responsabilidad en una tenencia, es menester ser ciudadano responsable al colocar un bozal y correa a tu mascota sin importar la raza, dejar de decir: ¡mi perro no muerde! y por eso no tiene bozal. El Régimen Jurídico de Canes contempla esta situación y si se llegara a aprobar el SOCAP entonces la tenencia de un APP ya no será cosa de juego, por ello es de importancia irnos educando en familia y en sociedad por el bienestar animal y la tranquilidad pública sin poner como único culpable al buen Pitbull.