El capital o el rey
No pretendo un manifiesto, pero si me preguntan qué es lo óptimo diría: la consolidación del concepto de Nación, el libre mercado, la minería potenciadora de todo, la fe que apaga el miedo al príncipe (lean a Maquiavelo) y la cultura empresarial como santo y seña de una genuina revolución.
Desde luego, de ser presidente acabaría con aquello de la república práctica de la que nos hablaba Manuel Pardo (el dominio de lo fáctico) y enseñaría en las escuelas que quien gobierna es la Constitución. Trazaría el diseño de un gobierno parlamentarista con solo tres partidos moderados. Largo sería explicarlo, pero la gobernabilidad se asienta en la restricción del acceso al poder. Mejor aún, abandonen tal despropósito, piensen en emprender.
La hicimos mal, educando a la gente en la vocación de poder, porque para eso sirve la Historia a veces y nada hay más despreciable que el mesías autoproclamado cuando la solución la tienen los empresarios. Leía hace poco una crítica masiva a un capitalista por asumirse como fuente de empleos, ¿acaso no es verdad? ¿Creen que el trabajo precede al capital? Sin capital no hay trabajo ni consumo ni nada.
¿Y por qué no reemplazar la cultura del poder por la cultura de la inversión? ¿Por qué Velasco es más héroe que Isaac Lindley? Lindley comenzó a los ocho años lavando botellas en una fábrica y años más tarde convirtió a Inca Kola en la bebida líder del Perú, ganándole a la poderosa Coca-Cola y tornándose en un modelo del buen trato laboral. Velasco nos endeudó, dejó un déficit que aún pagamos. ¡Menos Velascos y más Lindleys!
Es la Constitución la que debe gobernar el Perú para que los políticos se hagan imperceptibles. Se llama “Estado de Derecho”. Bajémosle los sueldos a los funcionarios, que el Estado no sea rentable, que lo sea el capital. Son los rudos y arriesgados capitalistas los que deben erigirse en los héroes de la Nación, desde los emprendedores inspiradores a los megacapitalistas que emplean, alimentan, educan y sanan.
Eduquemos e inspiremos en la inversión: campañas, incidencia en Minedu, charlas, CADEs para invertir, premios al pequeño emprendedor, libros de Historia sobre capitalistas geniales. La cultura del poder solo nos ha llevado a Antauro Humala, Vladimir Cerrón y Pedro Castillo... pero me quedo con esas decenas de miles de soñadores que abren sus tiendas muy temprano para dar empleo, enriquecerse y hacérnosla a un futuro mejor.
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