El capital es la mente
Desde la Escuela de Dirección de la Universidad de Piura se dictó un curso de sostenibilidad. Sirve para gobernar, sirve para la vida, pero también para hacer empresa. Hay un capital más importante que todo: la mente humana.
China de Den Xiao Ping lo entendió y esa fue la verdadera revolución, como lo fue en Corea, Japón, Hong Kong y Singapur, mandaron jóvenes a aprender de Occidente. Industrias San Miguel, Ilender y Konecta son casos que examinamos, pero comencemos con uno: Industrias San Miguel.
Si cree el lector que no tiene capital alguno, claro que lo tiene. Puede ser un diploma olvidado colgado en la pared, un know how, alianzas o inventiva. Gran parte de los peruanos lo tiene todo, desde los Quispe que desde la nada se hicieron exitosos en Gamarra hasta los Añaños que, con la turbulencia senderista encima, pensaron que en Ayacucho se podía emprender. Su empresa que nació en un pequeño taller casero es hoy una de las más grandes del mundo en bebidas refrescantes.
Jorge Añaños y su esposa Tania Alcázar, quisieron reeditar el éxito en Perú, recorrieron varios países, uno de ellos fue República Dominicana; y como narra Alejandro Fontana, viajaron por cada rincón dominicano buscando la zona ideal: clima caluroso, poca competencia y una zona franca. Eligieron el Caimito, zona muy pobre en la frontera con la pobrísima Haití en Santiago Rodríguez. Los esposos Añaños usaron mano de obra dominicana, proveyeron de energía a la gente, salud rápida y se preocuparon por las necesidades de todos. Jorge Añaños y Tania Alcázar sabían que el desarrollo de su empresa estaba vinculado al desarrollo y felicidad de su comunidad.
Con el nuevo gobierno, cambiaron las reglas de Zona Franca. Funcionarios fiscales y un cuerpo de élite del ejército irrumpieron para cerrar la planta, pero la gente de toda la provincia se sentía parte de esa empresa que traía progreso, y las autoridades locales, sacerdotes, trabajadores, amas de casa, dirigentes barriales y el pueblo de la provincia bloquearon la carretera, protestaron y el gobierno cedió, pero la empresa no se desligó: asumió pagar el impuesto (ITBIS, al que no estaba obligada), exonerándosele de impuestos internos y aranceles de insumos importados.
Hoy Industrias San Miguel domina el Caribe. Cambias la mente del emprendedor y cambias todo. En cada emprendimiento, como en la grita de mayo del 68: “la revolución comienza en las personas antes que en las cosas”.
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