Dina: ¿Por qué no te vas?

La situación en el Perú se ha vuelto insostenible, no nos podemos dar el lujo de tener a un títere como presidente, que cree que, por su solo dicho, se va a pacificar el país. El caos no lo generan sus enemigos políticos, sino la absoluta insatisfacción de una población que se siente amenazada y desatendida. Solo los grises e inseguros no aceptan críticas; ella encaja perfectamente en el modelo y sola se ha sacado la careta de su mediocridad, llamando mentirosos a todos aquellos que le llaman la atención.
Lord Acton sostenía que “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Sin embargo, según investigaciones recientes de la Universidad de Toronto, el poder solo corrompe a la gente que, de antemano, tiene una moral laxa. Por el contrario, enfatiza los buenos valores de la gente que ya tenía fuertes convicciones morales. Coincido absolutamente: la prepotencia y vulgaridad de Boluarte deben tener varias décadas, no se envileció desde el 2021.
Qué fácil para el ministro Santiváñez amenazar con que, si el nuevo plan contra la inseguridad ciudadana no funciona, renuncia y se va a su casa. ¡Qué cómodo! Cada día que pasa es un día perdido para darle solución al problema más grave que afecta al país. Hoy lo están interpelando en el Congreso; merece la censura, aunque sea necesario nombrar al decimocuarto ministro del Interior de este gobierno. ¿Qué hace en Piura entregando patrulleros cuando debería estar licitando cárceles de máxima seguridad? La ampliación de Challapalca —que ya mereció las críticas del GORE de Tacna— es insuficiente.
La ley de terrorismo urbano ayudará, pero debe ser complementada con un Ministerio Público alineado y responsable, y con una PNP bien entrenada, equipada y legalmente protegida cuando actúan en el cumplimiento de su labor. Es un plan de largo aliento que requiere de una impecable gestión y un presupuesto generoso, pero igual se podrían adoptar medidas inmediatas, como evaluar a todos los comandos policiales y dar de baja a todos aquellos inoperantes.
(Óscar Valdés - Correo, 30/09/2024).
En mi opinión, es indispensable desplegar al Ejército, por lo menos en las zonas más álgidas de violencia y minería ilegal como Pataz, y en los 14 distritos de más alta peligrosidad en Lima y Callao que han sido declarados en emergencia. El uso de las FF.AA. en la seguridad pública es excepcional y convocarla no sería una banalización como señalan sus críticos, sino una alternativa viable, a pesar de sus inmensos riesgos, para paliar el absoluto descontrol en el que se encuentra nuestro país. La complejidad y expansión de la delincuencia organizada lo justifican. Los defensores de los derechos humanos serán los principales detractores, pero que piensen primero en la vida y seguridad de las víctimas.
Las inversiones chinas siguen creciendo, lo anuncia su embajador en el Perú con mucho orgullo. Boluarte sacará pecho y pensará que es una consecuencia natural de su pomposo recibimiento por Xi Jinping el pasado junio. Más de 200 empresas de China Popular han apostado por el Perú. No voy a ir al extremo de decir que nos están colonizando, pero la asimetría entre ambos países es evidente, y cuanta más inversión recibamos, más comprometida estará nuestra economía con este país. Peligroso —especialmente si se trata de una potencia tan poderosa— será difícil evitar abusos.
Ya hay problemas. Lo que está ocurriendo con la pesca de pota dentro de nuestras 200 millas es un escándalo. Tanto IMARPE como PRODUCE sostienen que no se trata de pesca ilegal, pero al igual que la SNI, le creo a los pescadores artesanales. Nuestro cobarde gobierno, hasta en esto, mira de costado. Una vergüenza.

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