Desbordes belicistas
Lo sucedido el lunes último, en lo que parecía un día común, se convirtió en una madrugada catastrófica en Israel. Más de 200 misiles balísticos fueron lanzados desde Irán. Aunque el sistema de defensa israelí, conocido como Domo de Hierro, interceptó muchos de ellos, no pudo evitar del todo el impacto del ataque.
Para comprender el trasfondo, hay que remontarse a 1948, cuando nació el Estado de Israel. Desde entonces, países árabes vecinos como Egipto, Jordania, Siria e Irak se opusieron a su existencia. Irán, bajo el reinado de Mohammad Reza Pahlavi, mantenía una postura neutral e incluso tuvo relaciones diplomáticas, comerciales y militares con Israel.
Todo cambió en 1979, con la Revolución Islámica iraní. Los clérigos chiíes, liderados por el ayatolá Jomeini, instauraron una teocracia hostil a Israel, al que calificaron como “el tumor cancerígeno”. Desde entonces, Irán financia grupos enemigos del Estado israelí como Hezbolá en Líbano, Hamás y la Yihad Islámica en Gaza, y anteriormente la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Israel, por su parte, ha respondido a esta amenaza apoyando a grupos opositores al régimen iraní, realizando operaciones de ciberespionaje e incluso atacando instalaciones nucleares, como en el caso de Natanz. También ha sido acusado de eliminar científicos nucleares iraníes en su intento por frenar el programa atómico del país persa.
Los ataques intercambiados parecen ser una respuesta directa a varios hechos recientes. Primero, el ataque de Hamás a Israel en octubre de 2023, que dejó más de 1,200 muertos, desató una ofensiva militar israelí sobre Gaza. Luego, en abril de 2024, un ataque israelí contra el consulado iraní en Damasco mató a 14 personas, incluyendo altos mandos de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Estados Unidos, preocupado por la escalada, ha intentado mediar para evitar una guerra regional y frenar la posibilidad de que Irán desarrolle armas nucleares. Mientras tanto, Israel continúa sus operaciones selectivas: recientemente, drones israelíes eliminaron a figuras clave de la Guardia Revolucionaria, como el general Hossein Salami, junto a otros comandantes y, lamentablemente, también civiles.
La tensión entre ambos países ha dejado de ser una guerra en las sombras. Hoy se libra a plena luz del día, y sus consecuencias amenazan con expandirse a toda la región. Amenaza a la región al pretender involucrar a más de una potencia.
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