Debido proceso

Es evidente que el Ministerio Público viene atravesando una grave crisis a raíz de una denuncia planteada por la Fiscal Marita Barreto la cual involucra a la mismísima Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, como cabecilla de una organización criminal. Esta denuncia tiene varias aristas que generan dudas con respecto a los hechos en que se sostiene, uno de ellos es que, a través del asesor de la Fiscal de la Nación, Jaime Villanueva, se habría contactado con varios congresistas para obtener los votos necesarios para defenestrar a la Fiscal Zoraida Ávalos, así como destituir a los miembros de la Junta Nacional de Justicia, todo ello a cambio de archivar las denuncias que tuvieran los congresistas que apoyaban los requerimientos, supuestamente, planteados por la Fiscalía de la Nación. Lo primero ocurrió, lo segundo aún está por verse.

Sobre este canje de favores, la denuncia, a nuestro criterio, carece de elementos de convicción que vincule a la Dra. Benavides con los delitos denunciados a guisa de ejemplo tenemos el caso de los chats, en ninguno de ellos aparece su mano, tanto más que no han pasado por la pericia que le de autenticidad a los mismos, no sabemos si han sido editados o sacados fuera de contexto para crear la crisis que hoy estamos viviendo.

Por otro lado, un elemento de convicción deleznable es aquel que señala que el “canje de favores” se materializo cuando la Fiscalía de la Nación archivo las denuncias que tenían un grupo de 40 congresistas, pero ocurre que dicho archivamiento se basó en un informe de la propia Fiscal Marita Barreto el cual señalaba que no existía nada en contra de ellos. Y es deleznable al haber sido utilizado para concretar el requerimiento de detención y allanamientos que autorizó el juez de Investigación Preparatoria, la gran pregunta que nos hacemos como es que el juez no advirtió tremendo dislate, salvo que el informe favorable de la Fiscal Barreto le haya sido ocultado, lo que determina que toda esta denuncia no es sino el ariete necesario para torpedear las paredes de la Fiscalía de la Nación y obtener que la Dra. Benavides renuncie o sea suspendida en sus labores.

Sobre esto último, la Junta Nacional de Justicia le ha iniciado a la Fiscal de la Nación un proceso inmediato, el que se concreta cuando existe la prueba suficiente o la flagrancia realizada que vincule al investigado con los supuestos hechos graves o muy graves, previstos en la Ley de la Carrera Fiscal y que sea sustento para una suspensión.
La presidenta de la JNJ, instructora en el proceso inmediato, ha solicitado la suspensión de la Fiscal de la Nación, lo cual será debatido el 6 de diciembre, dicho pedido se basa en tres causales, pero no ha descrito cuál es el hecho que se encuentra subsumido en aquellos; una es un tipo “cajón de sastre” y esta referido al hecho que sin ser delito vulnera gravemente los deberes del cargo. ¿Y cuál es la conducta que genere el gravoso pedido de la instructora? Obviamente ninguna. Viene a mi mente la defensa que vienen sosteniendo los integrantes de la JNJ ante el Congreso, en el sentido de que en el reglamento del congreso al no estar previstas las faltas necesarios para identificar una conducta que merezca su destitución se estaría violando el principio de tipicidad, lamentablemente en el caso de la Dra. Benavides quieren aplicar lo mismo que ellos vienen recusando.

Para que una persona sea sometida a cualquier investigación, tiene primero que garantizarse un debido proceso, derecho que tiene respaldo constitucional y que no es sino el conjunto de principios que un Estado Constitucional tiene que respetar, uno de ellos es el ser juzgado por un funcionario imparcial (Juez o integrante de la JNJ), pero ocurre que la denuncia de la Fiscal Barreto que da pie al proceso inmediato se sustenta en que el “canje de votos” también incluía la destitución de los miembros de la JNJ, de tal forma que estos serían agraviados, con lo cual se encuentran contaminados al ser “juez y parte”, atentando contra el debido proceso al no contarse con la imparcialidad requerida. La victima no puede convertirse en verdugo, para ello está el tercero imparcial y los integrantes de la JNJ, para este caso, dejaron de serlo.

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